Al comenzar este nuevo año mujeres de todas las naciones, agrupadas en La Marcha Mundial de Mujeres, lanzaron una Carta por la Humanidad, en la que señalan la urgencia de establecer relaciones basadas en la igualdad, la paz, la libertad, la solidaridad y la justicia.
La Carta, difundida hoy, es parte de las actividades que desde el año 2000 realiza este movimiento de mujeres quienes sostienen que es posible otra manera de vivir.
En el 2000, las integrantes de La Marcha Mundial de Mujeres solicitaron a los dueños de la riqueza económica y a los dirigentes políticos del mundo, 17 demandas para eliminar la pobreza y la discriminación; para darle un vuelco al modo como ahora se distribuye la riqueza y el conocimiento.
Como se recordará esta marcha que salió de varias partes del planeta al comenzar el nuevo milenio y entregaron al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, una plataforma política con medidas concretas para erradicar la violencia contra las mujeres y conseguir el respeto a su integridad física y moral.
Al comenzar 2005, en la Carta por la Humanidad, lamentan que la violencia hacia las mujeres vaya en aumento, que no haya variado un milímetro el modelo económico, cuyos efectos son devastadores para la buena vida y para la naturaleza.
Desde entonces las personas que contribuyen a mantener la plataforma política sostienen una página web http:/www.marchamundiale.org, en ella anuncian sus actividades y enlazan su movimiento.
CINCO APARTADOS FILOSÓFICOS
La Carta a la Humanidad consiste en cinco apartados filosóficos y políticos sustanciados para poner en marcha la igualdad, la libertad, la solidaridad, la paz y la justicia entre las y los humanos, puesto que no hay condición humana o de vida que justifique la discriminación; ni motivos para la violencia o el tráfico sexual.
Es necesarios, dice la carta, que cada persona conozca sus libertades individuales y colectivas; urgen a difundir las garantías individuales y colectivas, respetar y promover la dignidad.
El llamado, que denominan urgente, establece la necesidad de hacer resurgir la solidaridad internacional y la que en el 2005 parece una cuestión ingente: defender los recursos naturales y la administración de los mismos por cada pueblo y persona, será garante de sobrevivencia.
También hace énfasis en el valor de la contribución de cada persona a la sociedad: se opone a las manipulaciones genéticas porque considera que «no hay derecho de propiedad sobre el ser vivo ni sobre el genoma humano».
Por último, llama a la tolerancia, al diálogo, al respeto a la diversidad como elementos necesarios de la paz mundial. Anuncia que en 2005 continuarán defendiendo las reivindicaciones de las mujeres, para hacer un mundo posible, lleno de esperanza, vida que además sea agradable y placentero.
2005/SL/SJE