Con el 27 por ciento de apoyo que recientemente mostraron las mujeres chilenas hacia el sistema democrático, reflejan que están levemente satisfechas con él y se resisten a dejar de creer en la democracia como régimen político, reveló una encuesta difundida en la capital.
Los resultados, que forman parte de una consulta hecha por Latino-barómetro de Chile, detallan que 23 por ciento de las chilenas están insatisfechas con la democracia, 50 por ciento no la apoya y sólo el 27 por ciento restante son mujeres demócratas satisfechas, reporta el Servicio Especial de la Mujer.
A pesar de lo anterior, la encuesta refleja que 63 por ciento de la población femenina consultada considera que, con todo y que la democracia puede tener problemas, ella es el mejor sistema de gobierno; sin dejar de lado que 79 por ciento de las entrevistadas responden que la solución a los problemas no depende exclusivamente de la democracia.
La consulta también refleja importantes actitudes no democráticas de parte de las chilenas, como por ejemplo cuando indican que 45 por ciento de ellas no siente preocupación de que un gobierno no democrático llegue al poder, siempre y cuando resuelva los problemas económicos. O, que 45 por ciento estaría dispuesta a pasar por encima de las leyes en caso de una situación difícil.
«Las mujeres de nuestro país demuestran que tienen una cultura política autoritaria, cosa que no ocurre con la realidad que ellas viven en cuanto a sus derechos», dijo la presidenta de Latino-barómetro Chile, Marta Lagos.
Estos datos entran en contradicción con la respuesta a una pregunta posterior en la que 71 por ciento de las mujeres manifiesta estar convencida de que siempre debe obedecerse la ley.
«Las aparentes contradicciones de los datos dan cuenta de lo blando de la cultura democrática, y la falta de cristalización de los bienes políticos en la conciencia de las mujeres; al igual que en el resto de América latina», explicó el analista político de la Universidad de Chile, Guillermo Holzmann, quien añadió que en ese sentido Chile no presenta diferencias en relación con el resto de la región, con las mismas contradicciones.
Asimismo la encuesta reveló que las mujeres expresaron una disminución importante en la confianza que sienten hacia la iglesia: de 77 por ciento que estaba de acuerdo con ella en el 2001, en este pasó a 67 por ciento; pese a que sigue siendo la institución con mayores niveles de simpatía, seguida por la policía con 60 por ciento de apoyo y la televisión con 53 por ciento.
«Las instituciones con menos nivel de confianza para las mujeres siguen siendo los partidos políticos, con una baja del 22 por ciento en el 2001 a un 12 por ciento en el 2000; la seguridad en las personas también baja: de 15 por ciento en el 2001, a 13 por ciento en el 2002», agregó Lagos.
Al igual que el resto de América latina, las chilenas consideran más importante el desarrollo económico; al que le dan un apoyo de 59 por ciento, frente a la democracia que le otorgan19 por ciento.
Para los expertos, Chile es paradójicamente uno de los países donde hay más desconfianza; sin embargo es el más estable económicamente en la región, aunque estos datos no indican que la confianza de las mujeres afecte sus posibilidades de desarrollo como lo indica la teoría.
«Quizá esta falta de confianza es el escollo al cual todos se refieren que es necesario para salir de esta desaceleración de crecimiento como aporte a los desarrollos sociales y la generación de espacios culturales», acota Lagos.
El sondeo también arrojó que las 89 por ciento de las chilenas tienen una alta percepción de injusticia en el ingreso y las expectativas económicas de ellas resultan ser desmedidas en relación con su propia visión sobre la velocidad a la que va el país.
En ese sentido 59 por ciento de las mujeres cree que en menos de 10 años alcanzará el nivel de vida que le corresponde, mientras 54 por ciento estima que el país se va a demorar más de 10 años en ser una nación desarrollada.
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