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Las insumisas

Por Cecilia Lavalle

Resulta que medio país vive en el error. Resulta que las mujeres tenemos la culpa de todo. Resulta que no importa lo que pensemos. Resulta que importa menos lo que deseemos. Resulta que ecos de la Edad Media regresaron.

Del 29 al 31 de marzo se efectuó en la ciudad de México el III Congreso Mundial de Familias al que asistieron casi tres mil personas pertenecientes a unas 300 organizaciones conservadoras, provenientes de más de 55 países, y que fue auspiciada por empresas Bimbo, Banamex, fundaciones Azteca, Televisa y Cementos Mexicanos, entre otras. Ahí se habló de la familia «natural» –la compuesta por el papá, la mamá y los hijitos–, y de la crisis que padece.

Para empezar, eso de «natural» no me cuadra. Claro, es de esperar que siendo mujer no me cuadre nada porque, como se dijo de distintas maneras en el congreso, lo mío, lo mío es tener hijitos, cocinar, lavar, planchar, atender a los enfermos y ancianos de mi familia, más lo que se le ocurra al señor de la casa –porque desde luego siempre debe haber un señor de la casa–. Pero ya puesta en el atrevimiento que supone pensar, decía yo que no me cuadra eso de la familia «natural». ¿Querrán decir que son desnaturalizadas las familias formadas por mujeres con sus hijos e hijas? (¡zaz!, así viven por lo menos la mitad de mis amigas). ¿Son contra natura las familias formadas por abuelos con sus nietos/as? (¡en la torre!, con la migración cientos de pueblos tienen familias así). ¿Son un engendro de la naturaleza las familias formadas por hombres con sus hijos/as? (¡chin!, tengo por lo menos dos amigos en esa condición). Y ya mejor ni pregunto por las familias formadas por parejas del mismo sexo ¿verdad?

Seré curiosa: si no son familias naturales ¿qué son?, ¿cómo debemos llamarlas?, o de plano mejor las ignoramos. Sólo que va a estar difícil, porque datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) señalan que el 51.5 por ciento de los más de 22 millones y medio de hogares mexicanos son nucleares (lo que ahí se llamó naturales). Eso quiere decir que casi la mitad de los hogares mexicanos no tienen una familia «natural». De esos hogares, dos de cada 10 están formados por mujeres solas –solteras, viudas o divorciadas- con hijos y/o hijas solteras. En otro tanto, nucleares o monoparentales, viven también tíos, primos, nueras, yernos, abuelos, abuelas. En un número indeterminado viven parejas del mismo sexo con los hijos/as de uno de ellos/as. Total, según los parámetros establecidos en este congreso, la mitad de la sociedad mexicana vive en el terreno de lo antinatural, o, por lo menos, son defectuosos. ¿Y quién creen que tiene la culpa? ¡Las mujeres!, na’más faltaba. Desde luego los exponentes de este argumento fueron hombres.

Por la información de las agencias CIMACNOTICIAS y NOTIESE, me enteré que Gary Becker, Premio Nobel de Economía 1992, dijo que la desestabilización del núcleo familiar se debe a la independencia financiera alcanzada por las mujeres; que deben disminuirse los apoyos otorgados por el Estado a las madres solteras, porque «sólo se fomenta éste comportamiento»; que los gobiernos deben tomar medidas para dificultar el divorcio, porque «la mujer se divorcia para que el gobierno la mantenga»; que el gobierno debe otorgar beneficios fiscales a los hogares donde el varón trabaje y la mujer se quede en casa; y que donde las mujeres somos las mejores es en las actividades hogareñas. Por su parte, Lorenzo Servitje, dueño de la empresa Bimbo, dijo que la liberación sexual y el trabajo de las mujeres fuera de casa son los responsables de la crisis matrimonial, y se pronunció contra el uso de anticonceptivos porque eso interfiere con la tarea esencial de las mujeres que es ser madres.

Seré curiosa: ¿Cuándo ganamos dinero las mujeres se rompe la familia porque nuestra naturaleza es libertina y nómada?, ¿a las mujeres nos encanta tener hijitos y cuidarlos y mantenerlos solitas?, ¿dónde están los padres de esos hijos que tienen las madres solteras?, ¿en los países donde el gobierno no mantiene a las divorciadas, por qué se divorcian las mujeres?, ¿y en los países desarrollados las mujeres son en general flojas y se divorcian para que el gobierno las mantenga?, ¿los hombres violentos no son responsables de rupturas familiares?, ¿o pese a la violencia las mujeres deben callar y aguantar?, ¿los hombres infieles no causan rupturas familiares?, ¿los machos y misóginos no causan rupturas familiares?, ¿los hombres que abandonan su hogar o emigran en busca de sustento no causan rupturas familiares?, ¿o sea como sea las mujeres tienen la culpa?, ¿una indígena que vive en la miseria con ocho o diez hijos no debe tomar anticonceptivos para no interferir con su tarea esencial?, ¿si a mí me sale mejor un artículo periodístico que una sopa voy contra mi naturaleza?, ¿dónde quedan nuestros deseos, o lo que pensemos, o lo que queramos, o lo que no queramos las mujeres en nuestras vidas? En lo que les informan a estos señores que la Edad Media ya se acabó, yo me formo en la fila de las insumisas. ¿Eso también va contra mi naturaleza? ¡Qué pena!

*Articulista y periodista de Quintana Roo.

Apreciaría sus comentarios: [email protected]

2004/BJ

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