Pese a los avances alcanzados en las conferencias internacionales, las mujeres no alcanzan todavía la igualdad en la gestión de los recursos hídricos y siguen ausentes de la toma de decisiones, afirmó Karla Priego, de la Red de Género y Medio Ambiente (RGMA).
Al participar en la segunda conferencia de trabajo de la Asociación de Mujeres por el Agua (WfWfW, por sus siglas en inglés), se presentó La Agenda Azul, un proyecto único en América Latina que pretende hacer visible el papel de las mujeres en el acceso, uso y gestión del agua.
La agenda es el resultado de 500 encuestas aplicadas a mujeres de diferentes estados de la República y de distintos estratos sociales, con el objetivo de identificar las necesidades y problemas asociados con el agua que enfrenta la población femenina.
Priego explicó que las encuestas confirmaron la sobrecarga de trabajo para las mujeres, quienes además de cuidar del hogar y los hijos deben buscar y cuidar el agua para la familia, tarea en la que emplean varias horas, o gestionar el suministro del líquido cuando no está disponible.
«Una sobrecarga que tiene que ver con la distribución de las tareas al interior de las comunidades y los hogares y no pueden tener opciones de desarrollo mientras estén ahí, desarrollando esas tareas», sostuvo Priego, también directora de Veredas, Caminos Alternativos de Educación Ambiental.
La investigación de la RGMA evidencia las asimetrías de género en el ambiente doméstico, la falta de coordinación entre las autoridades agrícolas y las del agua y un enfoque de cobertura que privilegia la instalación de infraestructura precaria sobre un proyecto integral de suministro y gestión eficientes del agua.
Destaca que los procesos de privatización de agua y tierras han afectado la disponibilidad del recurso, y las mujeres deben ir cada vez más lejos para tener acceso al vital líquido.
En materia agrícola, la investigación encontró que las mujeres enfrentan problemas para tener acceso a agua de riego, porque no son las dueñas de la propiedad, lo que les impide ser reconocidas como usuarias e interlocutoras de los procesos de gestión del recurso.
En este contexto, la red destaca la necesidad de transparentar presupuestos y acciones en el sector hídrico, con criterios sociales y de género, así como adoptar un enfoque de cobertura de agua potable que asegure la calidad, accesibilidad, continuidad, conservación ambiental y la participación ciudadana.
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