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Las mujeres indígenas vamos a participar en las elecciones

Por Guadalupe Vallejo Mora

Como ciudadanas con derecho y obligaciones, las mujeres indígenas no podemos ni debemos permanecer únicamente como observadoras pasivas de la contienda electoral 2006, sostiene Estela Hernández Galván, representante indígena Tenek, de Ciudad Valles, San Luis Potosí.

«Nuestra tarea es participar y evitar que continúe la manipulación del voto mediante prácticas que nos obliguen a apoyar a algún partido político en específico», añade en entrevista con Cimacnoticias.

Dijo que el valor de las mujeres indígenas va más allá del voto, que aunque es una de las miles de formas de hacer fortalecer la democracia, «hemos demostrado que contamos con la capacidad y la fuerza suficiente para sacar adelante nuevos proyectos y la política no es la excepción».

«Nosotras debemos luchar porque en nuestro país no se utilicen cantidades de dinero que resultan ofensivas para nuestras comunidades y para evitar que nos vean con fines electoreros», acotó.

El 8 de febrero de 2003, Hernández Galván se convirtió no sólo en la primera mujer sino en la primera indígena en el estado de San Luis Potosí electa para representar a todas las comunidades indígenas del municipio potosino de Ciudad Valles.

Al principio fue difícil porque los hombres de la comunidad decían «es que es mujer y una mujer no puede representarnos», «cómo va ser», «no puede estar en este cargo». Yo sentí mucho el rechazo, ahora se está viendo que las mujeres también podemos, que sólo requeríamos de una oportunidad, recordó la lideresa.

Estela, madre soltera de un hijo de seis años, reconoce que el tiempo ha sido su mejor aliado, porque ahora aunque los hombres de su comunidad no la apoyan abiertamente, «ahora ya no me cuestionan tanto, por lo que esperamos seguir con el apoyo, que vean que estamos trabajando y lo estamos haciendo bien».

Entrevista por Cimacnoticias en el Encuentro Nacional Indígena, Proyecto de Nacional y Pueblos Indígenas, que se inauguró en la Museo de la Ciudad de México, destacó que su llegada como representante indígena le ha permitido llegar a muchas mujeres quienes antes se quedaban en sus casas «planchando o lavando y con una serie de dudas sobre lo que pueden hacer. Ahora pese a que atendemos a todos, hay una mayor participación de las mujeres, un mayor acercamiento, pues muchas nos tienen confianza».

Las mujeres indígenas estamos incorporando nuevas formas de gobernar. En la coordinación que tengo a mi cargo y donde tenemos que gestionar, canalizar y asesorar a todas las y los hermanos indígenas sobre temas como violencia, salud, temas agrario y penal, entre otros, sólo labora un varón.

BASTA DE DÁDIVAS

En entrevista por separado, Macedonia Blas Flores, representante de la organización indígena Fot`zi Ñahño de Amenalco, Querétaro, destacó que como mujer, como indígena y como lideresa de una comunidad, «no soy de ningún color, no tengo partido, simplemente el color es de mi gente».

-¿Qué le demandarías a las y los abanderados de los partidos que obtengan la candidatura presidencial en el 2006?

-Que nosotras somos libres, que vayan a las comunidades para que vean los problemas que hay, porque a veces dicen que llegan a las comunidades pero no van porque muchas familias no tenemos ni luz ni agua. Ellos apoyan a quienes tienen dinero con qué pagar, a los que no tenemos dinero no nos hacen caso.

«Lo que nosotras queremos es decirle a la sociedad es ya basta de dádivas, basta de que nomás nos busquen cuando quieran el voto y nos conformarnos con una despensa. Se debe buscar quien vaya a ser el bueno, analizar quien puede ser una mejor opción para la comunidad y para todo el país. Nosotras no sólo somos ciudadanas cuando votamos, sino desde que nacemos».

La indígena Fot`zi Ñaño señaló «somos libres para las votaciones. Hemos sido observadoras electorales, cuidamos los votos para que no sea la gente `empujada´. Que nadie te enseñe dónde vas a votar o por quién vas a votar».

Asegura que en tiempos preelectorales, candidatos y partidos se acercan a ellas para pedirles su apoyo y, a cambio, les dan una despensa o cualquier otro material de construcción que necesiten. «A muchas mujeres de la comunidad les piden su credencial de electoral, cuando la votación es libre».

Por otra parte, Blas Flores quien fue nominada junto con 11 mexicanas más para el Premio Nóbel de Paz –de un colectivo de 1000 mujeres en todo el mundo-, destacó aún cuando no obtuvieron este premio de parte del Comité Noruego de Oslo, para ella el simple hecho de ser nominada era ya un reconocimiento. «Hoy tengo a bien agradecer el apoyo brindado a mi candidatura», dijo.

05/GV/SJ

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