Inicio Las mujeres ocupan sólo 28.3 por ciento de los buenos empleos

Las mujeres ocupan sólo 28.3 por ciento de los buenos empleos

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) pone en alerta al mundo para combatir la discriminación en el trabajo. Incluso, indica que es más urgente que hace cuatro años, pues afirma que en un mundo donde la desigualdad y la inseguridad se acentúan de manera manifiesta, la existencia de desigualdades significativas y persistentes en los ingresos, los capitales y las oportunidades diluyen la eficacia de toda actuación encaminada a combatir la discriminación, lo cual puede provocar inestabilidad política y trastornos sociales que alteran la inversión y el crecimiento’.

En un exhaustivo estudio, dado a conocer en Ginebra, la OIT manifiesta que «el panorama mundial de lucha por superar la discriminación evidencia un contraste de fracasos y de progresos decisivos», señalando que los avances se notan en la ratificación de los convenios fundamentales sobre la discriminación y por lo tanto se han comprometido a contar con legislación y políticas para combatirla.

Sin embargo, en la publicación resalta la persistencia de las brechas de género en el empleo y la necesidad de políticas integradas para abordar la discriminación en las remuneraciones, la segregación ocupacional y la necesidad de conciliar el trabajo con las responsabilidades familiares.

El informe pone como ejemplo que en la Unión Europea la diferencia en los ingresos brutos por hora entre hombres y mujeres continua siendo de un promedio de 15 por ciento.

Explica que las tasas de participación femenina en la fuerza de trabajo continuaron aumentando significativamente hasta 56.6 por ciento, lo cual ha contribuido a disminuir la brecha en relación a ese indicador. Pero el informe también advierte que los resultados están desigualmente distribuidos, con una proporción de 71.1 por ciento en América del Norte, 62 por ciento en la Unión Europea, 61.2 por ciento en Asia oriental y el Pacifico, y 32 por ciento en Medio Oriente y África del Norte.

La OIT resalta la necesidad de contar con una medida clave para mejorar la situación de las mujeres: la disponibilidad de empleos de buena calidad, como legisladoras, funcionarias principales o gerentes, donde una mayor participación reflejaría una reducción de barreras discriminatorias.

En el mundo, las mujeres tienen apenas 28.3 por ciento de estos puestos de trabajo. Los resultados varían según la región del mundo, con 41.2 por ciento en América del Norte, 35 por ciento en América Latina y el Caribe y 30.6 por ciento en la Unión Europea.

El mayor crecimiento de este indicador se ha registrado en Asia Meridional, donde prácticamente se ha duplicado en los últimos nueve años, aunque las mujeres en esta región aún logran apenas 8.6 por ciento de estos empleos.

DISCRIMINACIÓN

El informe de este organismo sobre la discriminación, titulado «La igualdad en el trabajo: afrontar los desafíos», la OIT no solo habla de la discriminación por raza, religión y sexo, sino también de nuevas manifestaciones relacionadas con la edad, orientación sexual, VIH/SIDA, discapacidad y con las nuevas tecnologías como la genética.

No obstante que la OIT reconoce los esfuerzos de los Estados Miembros, quienes han avanzado, «la condena de la discriminación en el empleo y la ocupación es hoy día casi universal, al igual que el compromiso político de afrontarla».

Reconoce progresos en el campo legal e institucional en muchos países donde existen cláusulas relacionadas con la discriminación y la igualdad en códigos del trabajo con las recomendaciones de la OIT sobre VIH/SIDA en los centros de trabajo, pero «persisten varias deficiencias», pues la aplicación de la ley suele ser defectuosa en muchos países, donde las instituciones creadas para enfrentar la discriminación tienen restricciones de personal y recursos.

Además, mientras que aumentan los esfuerzos contra la discriminación en el sector formal, la enorme y cambiante economía informal permanece como un objetivo pendiente para políticas públicas que busquen remover los obstáculos que impiden a cientos de millones de personas tener igualdad de oportunidades en el trabajo.

En el informe se ofrecen diversos ejemplos de discriminación basada en raza y religión, origen social o casta, así como la que experimentan indígenas y migrantes. Además alerta sobre las consecuencias de la discriminación contra las y los trabajadores jóvenes y mayores, así como también la que está basada en la orientación sexual, VIH/SIDA o discapacidad.

Manifiesta también su preocupación por los aproximadamente 470 millones de personas discapacitadas que están en edad de trabajar y que pueden sufrir discriminación laboral.

El informe global dice que las posibilidades de encontrar trabajo diminuyen a medida que la discapacidad aumenta. Como ejemplo cita que en Europa el 66 por ciento de las personas entre 16 y 64 años tienen posibilidad de encontrar un empleo, pero en el caso de las y los discapacitados la proporción baja a 47 por ciento y 25 por ciento entre aquellos con discapacidad severa.

Otro de los aspectos que el estudio detectó es el relacionado «con una predisposición genética a contraer enfermedades especificas o a las que llevan determinado estilo de vida». De ahí que el rápido desarrollo de la genética y de nuevas tecnologías relacionadas con este campo ha facilitado la obtención de información, con la cual los empleadores pudieran discriminar a trabajadores que tengan predisposición a desarrollar una enfermedad más adelante.

Ya se han presentado casos y se han impugnado en diversas instancias en el mundo, dice la OIT.

RECOMENDACIONES

Por lo que hace a las recomendaciones de este informe mundial, la OIT menciona que para combatir la discriminación es necesaria la promoción de la igualdad de género a través de una acción internacional más integrada y coordinada.

Incluir la no discriminación y la igualdad en los planes nacionales de trabajo decente de la OIT, considerando las necesidades específicas de cada colectivo.

La promulgación de mejores leyes y el mejoramiento de su aplicación; contar con iniciativas no normativas, como las que se pueden lograr con las estrategias de compra, crédito e inversión de los gobiernos y apoyar a los trabajadores y empleadores para hacer realidad el objetivo de la igualdad en el trabajo a través de mecanismo como la negociación colectiva y los códigos de conducta.

07/LPB/GG

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