Inicio Las mujeres principales víctimas de la guerra en Colombia

Las mujeres principales víctimas de la guerra en Colombia

Por la Redacción

Brasileñas de diferentes organizaciones feministas y sociales, realizaron una vigilia para mostrar su solidaridad con las mujeres de Colombia, principales víctimas del conflicto armado que afecta a ese país desde hace décadas.

En tanto, en 20 ciudades colombianas, mujeres de ese país sudamericano se manifestaron contra la guerra que afecta desde hace cuatro décadas, y donde las mujeres han sido las más afectadas por el conflicto armado, reporta el portar Mujereshoy.

No es ninguna exageración afirmar que las mujeres son las que más sufren con el conflicto armado. Todos los días madres, mujeres, hermanas y abuelas pierden familiares, son obligadas a abandonar sus casas y son blanco de uno de los más crueles crímenes de guerra: la violación sexual.

En un país donde representan el 75 por ciento de la población pobre e indigente, las mujeres colombianas desistieron de quedarse calladas. Hoy, están en la primera línea de los principales movimientos pacifistas y de defensa de los derechos humanos de su país, luchan contra las acciones militares y contra un gobierno que ha usado el conflicto como argumento para desmantelar las políticas sociales, explica la información.

Por ello, eligieron el 4 de abril para tomar una vez más las calles de 20 ciudades y realizaron vigilias para mostrar su resistencia y exigir su derecho a buscar soluciones a la guerra civil, diferentes de las planteadas por el gobierno y la guerrilla.

La fecha fue elegida porque ese día se iniciaba en todo Brasil la recolección de firmas en apoyo de la Carta Mundial de las Mujeres para la Humanidad.

En Brasil, la manifestación de apoyo se realizó en la Cámara Municipal de Sao Paulo, convocada por los grupos de mujeres de Brasil que adhieren a la Marcha Mundial de Mujeres, la que reúne a grupos feministas y de mujeres de todo el mundo.

Integrante de la coordinación de la Marcha Mundial de las Mujeres en Brasil, Nalu Faria, señaló que la solidaridad con las mujeres colombianas refuerza el sentido del viaje de la Carta por el planeta.

Más de mil mujeres también participaron de la ceremonia que marcó la travesía de la Carta de la frontera del Ecuador para Colombia.

Nalu señaló que es necesario vincular el debate contra la guerra al debate contra el libre comercio. La militarización es uno de los soportes de este modelo económico por lo que durante el evento se analizaron los temas de soberanía alimentaria, tráfico de mujeres, libre comercio y la guerra.

Agregó que de acuerdo con la Marcha Mundial de las Mujeres, en la globalización neoliberal, la fuerza que impone las guerras y permite el movimiento de la mano «invisible» del mercado que negocia los derechos de las mujeres, es la misma fuerza del patriarcado que hace siglos las mantiene silenciadas como objetos del poder masculino.

A su vez la integrante del Movimiento de Lucha por Vivienda y Empleo, Meres Marquiba, sostuvo que la guerra es universa, en especial en los países de América Latina, donde los conflictos son impuestos e incentivados por el gobierno estadounidense.

Aquí, en Brasil, no tenemos una guerra con tanques, pero tenemos nuestras guerras en el campo y en la ciudad y son las mujeres las que más sufren por eso, agregó la activista quien llamó a la unificación de las mujeres para conseguir que nos escuchen y se logren los cambios. Luego añadió que la lucha de las colombianas y las brasileñas es común.

LAS REFUGIADAS COLOMBIANAS

Durante la protesta realizada aquí, dos mujeres colombianas refugiadas desde hace tres meses en este país, contaron la forma en que fueron obligadas a dejar Colombia por no tener dinero para pagar los impuestos que la guerrilla les exigía.

Una de ellas dejó atrás a una hija, y trajo con ella a otra, de 13 años. La otra refugiada dejó cuatro hijos y cuatro nietos en su país. Antes de que llegaran a Brasil, vivieron un año en Ecuador, donde fueron discriminadas por ser negras y colombianas.

La otra refugiada cuenta que tiene dos hermanos desaparecidos. Uno de ellos fue llevado por la guerrilla hace cerca de cinco años. «Raptan a las personas para conseguir informaciones y para que se sumen a ellos. Reclutan mujeres y niños para trabajar. Y el Estado colombiano no toma medidas contra eso, por eso mueren tantas personas», dice.

Ellas, que caminaron más de un mes para llegar a Brasil, pasando por el Pavo y por Bolivia, ahora esperan encontrar trabajo, para poder enviar dinero a la familia que quedó en Colombia o, quién sabe, traer a los parientes que aún sufren los riesgos de la guerra civil.

La respuesta del gobierno brasileño al pedido de asilo debe ser dada ser dada en dos meses. Mientras, cuentan con la solidaridad de las mujeres brasileñas.

2005/MH/SJ

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