Las mujeres indígenas son las más afectadas por la pobreza y, dentro de éstas, las más perjudicadas son las niñas, «porque son el final de la cadena de injusticias», sostuvo el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Emilio Álvarez Icaza Longoria.
Al participar en el foro Infancia: temas pendientes en la agenda nacional, organizado por la Federación Mexicana de Mujeres Universitarias (FEMU), añadió que tres millones 500 mil niñas y niños de entre seis y 14 años trabajan, lo que significa que 15 por ciento de la población infantil realiza labores de adultos con o sin remuneración, que en este último caso sería una doble explotación.
Icaza Longoria advirtió que si las autoridades no atienden el problema de la desigualdad «no se podrá evitar que haya niñas y niños trabajando» y llamó a las autoridades a realizar políticas públicas para corregir las desigualdades estructurales que se presentan en el país, señala un comunicado.
Comentó que de acuerdo con datos del reporte del Estado Mundial de la Infancia, hecho por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), para cerca de la mitad de los dos mil millones de niños que viven en el mundo, la infancia es cruda y diferente a la ideal que todos suponemos.
Ante universitarios y académicos reunidos en la Sala Lucio Mendieta y Mendoza de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el defensor de los derechos humanos dijo que tenemos que avanzar en la construcción de una niñez y una juventud que puedan ejercer sus derechos.
LAS CIFRAS DE LA NIÑEZ
Luego dio cifras. Indicó que alrededor del 44 por ciento de la población en México son niñas, niños y adolescentes menores de 18 años, de los cuales, 25 millones de menores de entre cero y 17 años viven en la pobreza, y existe una elevada cantidad de infantes que no logran satisfacer sus necesidades básicas.
Agregó que 640 millones de infantes viven en hogares con suelo de barro o en situación de hacinamiento extremo; 500 millones no disponen de instalaciones sanitarias en su hogar; 400 millones no tienen acceso a agua potable; 300 millones no tienen acceso a la información por televisión, radio, periódico.
Otros 270 millones no tienen acceso al servicio de salud, 180 están atrapados en las peores formas de trabajo, 140 millones nunca han acudido a la escuela, 90 millones sufren problemas graves de alimentación, y dos millones son explotados y explotadas en la industria del sexo.
Por su parte, la representante del Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia en México, Yoriko Yasukawa, afirmó que el país tiene una calificación de 5.71 en cuanto al cumplimiento de los derechos humanos de las niñas y los niños, lo que significa que no es un avance grande, pero sí constante, ya que en 1998 tenía una evaluación de 4.68.
Yasukawa aseguró que los infantes que viven en los estados del norte del país se encuentran en mejores condiciones que los que viven en el sur.
«El estado que tiene el mejor promedio de cumplimiento de los derechos de la niñez es Nuevo León con 8.10 y, el peor, es Guerrero con 2.90. Lo que significa que un niño que nace en Guerrero casi tiene la tercera parte de las oportunidades de desarrollo que un niño en Nuevo León».
Al hablar del estudio Primer Índice de los Derechos de la Niñez, que abarcó la situación de los derechos de los pequeños de cero a cinco años y que realizó UNICEF, el Consejo Consultivo del propio organismo y el Observatorio Ciudadano de Políticas de Niñez, Adolescencia y Familia, señaló que éste tiene el objetivo de promover la construcción de una cultura del cumplimento del derecho de todas las niñas y niños, y la construcción de políticas públicas para que los garanticen.
2005/GT/SJ
