Nacidas en el siglo XVI en Europa y con 11 años de diferencia, Olimpia de Gouges y Mary Wollstonecraff proclamaron la igualdad de los derechos ciudadanos y civiles de mujeres y varones en plena efervescencia política de la Revolución francesa; osadía que a la primera le costó la vida a manos de Robespierre.
Olimpia de Gouges era su seudónimo, pues su verdadero nombre fue Marie Gouze; nació el 7 de mayo de 1748 en Mountauban, Francia, como hija natural de Olimpia Mouisset y Jacques de Pompignan.
Poco se sabe de su infancia, sólo que recibió una pobre educación en su ciudad origen y que era una mujer de gran belleza. Sin más recursos que ésta, llegó a París donde se transformó en activa participante de la Revolución francesa.
Pese a su limitada educación, Olimpia de Gouges es una de las precursoras del feminismo que escribió numerosas obras de teatro, novelas y ensayos político-sociales; dirigió el periódico L’ Impatient, fundó la Société populaire de femmes y en 1791 redactó la Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana, como respuesta a la Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano (1789), para reivindicar la igualdad de los derechos femeninos.
Aguda como pocas, Olimpia ve la necesidad de agrupar a las mujeres para unir fuerzas y exigir la tan anhelada igualdad. Sabedora de que ello no era tarea fácil, funda los Clubes de Mujeres los cuales –por orden de la asamblea– son cerrados dos años después de su aparición y tres días después la conducen a la guillotina: el 3 de noviembre de 1793.
En los Clubes, Olimpia promovía la independencia de las mujeres como ciudadanas y su capacidad para tener un juicio crítico sobre todos los aspectos de la vida: similares a los de los hombres.
Por no quedarse callada ante las injusticias y escribir lo que pensaba, Olimpia muere decapitada por haber luchado por un trato justo e igualitario para todos y todas.
Por su parte Mary Wollstonecraft escribió en 1791 Vindicación de los derechos del hombre y, al año siguiente, el de los de la mujer, donde condena la educación que se les otorgaba ya que las hacía «más artificiales y débiles de carácter […] y porque deformaba sus valores con nociones equivocadas de la excelencia femenina».
Mary es una de las primeras mujeres que lucharon porque la educación fuera igual para hombres y para mujeres; por lo mismo abogó para que el Estado terminara con subordinación femenina y garantizara la enseñanza primaria gratuita para ambos sexos.
Mary Wollstonecraft fue hija de un granjero inglés que despilfarraba los ingresos familiares, por lo que desde los 17 años tuvo que ganarse la vida como dama de compañía, institutriz, modista y maestra; pero al tiempo comenzó a escribir y a destacar por su clara inteligencia.
Aunque nació en Inglaterra (en 1759), vivió en Irlanda, Francia e Inglaterra y frecuentó círculos de pintores, escritores, filósofos y editores. Contraria al matrimonio, tuvo una hija con un escritor estadunidense y otra con el filósofo y escritor Godwin, con quien se casó en secreto.
Por desgracia, Mary murió en 1797 al dar a luz a su segunda hija debido a fiebre puerperal (por la falta de higiene en el parto), sin imaginar siquiera que la recién nacida a la que dejaba huérfana sería una gran escritora: Mary Shelley, autora de Frankenstein.
Gracias a Olimpia y Mary las mujeres gozamos del derecho a la ciudadanía, a la salud, entre muchos otros que aún nos faltan por conquistar.
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