La legalización de cualquiera de las formas de prostitución representa una amenaza para la igualdad de género, aseveró Gunilla Ekaberg, asesora especial sobre temas de prostitución y tráfico de seres humanos del gobierno sueco.
En conferencia magistral, en el Foro Internacional sobre Explotación Sexual Infantil de dos días que concluyó hoy aquí, la representante sueca dio a conocer ante expertos de 15 países de América Latina, Estados Unidos y organismos internacionales que su país busca desarticular la demanda del comercio sexual que involucra a mujeres y niños.
En las instalaciones del Senado de la República la experta en la materia sostuvo que la prostitución es una violación de los derechos humanos de la población femenina e infantil, de ahí que la compra de servicios sexuales por parte de los hombres sea uno de los puntos a atacar más importantes.
Informó que como parte de su política de igualdad de oportunidades, el gobierno sueco combate la prostitución ya que dijo «sería hipócrita hablar de igualdad y al mismo tiempo aceptar la prostitución».
Informó que el 1 de enero de 1999 entró en vigor en Suecia una ley que se centra en los clientes masculinos denominada Ley Sobre la Prohibición de la Compra de Servicios Sexuales, que sigue siendo única en su género.
La ley tuvo su origen en el movimiento feminista de Suecia que durante dos décadas exigió tipificar como delito la compra de servicios sexuales. La pena máxima estipulada por esta ley es de seis meses de cárcel para los clientes.
Ekaberg aseguró que el efecto de esta normatividad ha sido una fuerte reducción de la prostitución en las calles, por lo que el número de prostitutas callejeras ha disminuido en más de la mitad mientras que el de clientes ha bajado casi en 80 por ciento.
La conferencista se pronunció porque las leyes sean protectoras de las mujeres víctimas de la prostitución dado el carácter patriarcal de los cuerpos policiacos que propician la impunidad de quienes las explotan sexualmente.
Por último aseguró que en su país las mujeres víctimas de la explotación sexual nunca serán penalizadas.
2003/SM/MEL
