Las enfermeras, técnicas de salud y médicos de las clínicas rurales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) levantaron ayer el plantón que iniciaron el lunes en esta ciudad, luego de que las autoridades prometieron respetar las jornadas laborales y las plazas de trabajo.
Según la Secretaría de Gobernación y el IMSS, las y los manifestantes, trabajadores en las zonas más pobres del país, partieron hacia la ciudad de Puebla donde a las 16 horas se reunirían con funcionarios del Instituto para firmar acuerdos que garanticen el respeto a sus derechos laborales.
El personal médico y de enfermería había llegado el lunes pasado a la capital mexicana en 32 autobuses provenientes de 19 estados, la mayoría de las comunidades indígenas más pobres del país, y se instalaron frente a las oficinas del IMSS en la avenida Reforma.
Ahí denunciaron el desabasto de medicamentos y de personal en sus áreas de trabajo, así como las jornadas de trabajo hasta de 24 horas sin pago extra, a pesar de aportar sus cuotas al Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social.
Por ejemplo, la enfermera Teresa López Hernández, de Tatahuicapan, Veracruz, junto con un médico atiende a nueve mil personas en la comunidad, cuando la Organización Mundial de la Salud sugiere a 30 enfermeras por cada 10 mil habitantes; es decir, una enfermera por cada 333 personas.
Un grupo de trabajadoras comunitarias denunció también a cimacnoticias las presiones de que son objeto por parte de las autoridades del IMSS para alcanzar metas de planificación familiar, lo que les obliga a buscar candidatas a esterilizaciones definitivas incluso en Guatemala.
Aunque el plantón se levantó ya, un grupo de agentes de la Policía Federal Preventiva permanece en los alrededores de las oficinas del IMSS.
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