Medios alemanes y políticos interpretaron la liberación de la periodista alemana Mersale Tolu como buena señal para las relaciones entre Berlín y Ankara.
Tolu, de 33 años de edad, fue liberada ayer después de ocho meses de prisión preventiva.
La periodista fue detenida después de haber reportado sobre actividades del Partido Comunista Marxista-Leninista, calificado por las autoridades turcas como terrorista.
“Yo he sufrido ocho meses duros”, dijo la mujer y madre de un hijo de tres años que pasó una parte de la reclusión en la cárcel con ella.
Después de su liberación por parte de un tribunal cerca de Estambul, Tolu fue detenida nuevamente por unas horas el lunes debido a órdenes contradictorias de las autoridades jurídicas.
Después de estos sucesos, Tolu agradeció la ayuda del movimiento internacional de solidaridad y criticó lo que consideró un “secuestro” por parte de las autoridades.
“Me llevaron de una comisaría a otra”, dijo en una entrevista de prensa sobre los acontecimientos después de su liberación el lunes.
De acuerdo con la diputada alemana Heike Haensel, que estuvo presente en la sala de audiencia como observadora, hubo dos órdenes contradictorias: mientras el tribunal le prohibió a Tolu salir del país, la policía tenía también una orden de expulsión.
La periodista no puede salir del país y tiene que presentarse una vez a la semana en una comisaría de la policía.
El gobierno alemán criticó el caso y calificó a Tolu y otros ciudadanos alemanes detenidos como “prisioneros políticos”.
La canciller federal alemana, Angela Merkel, saludó la liberación, destacando que “no se trata de una noticia completamente positiva tomando en cuenta la prohibición de salir del país”.
El ministro del Exterior, Sigmar Gabriel, calificó la liberación de la periodista como “primer gran paso” en las relaciones turco-alemanas.
El proceso contra Tolu continuará el 26 de abril del próximo año.
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