El Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB), con sede en la ciudad de México, busca incidir -vía la formación educativa- en la concepción de un nuevo liderazgo, democrático, tolerante y respetuoso de la diversidad, defensor de los intereses de los distintos grupos de la sociedad desde una perspectiva de género en la que cobre importancia crear una cultura por el derecho a decidir.
Este instituto –iniciativa de dos luchadoras sociales, Marta Lamas y Patricia Mercado-, busca formar a jóvenes y mujeres líderes comprometidas con el cambio cultural, político y social que requiere la sociedad mexicana a fin de que su trabajo se enfoque a la integración de ideales democráticos que incluyan la equidad y la tolerancia como herramientas indispensables en las relaciones, el debate y la elaboración de políticas públicas.
El quehacer del ILSB, bajo la dirección de Olivia Gall, se concentra en la formación de líderes que tengan un desempeño en los ámbitos político, institucional, sindical, empresarial, social (obrero, campesino, indígena, estudiantil, popular, urbano) intelectual y cultural, o bien un potencial de liderazgo, en el caso de las y los jóvenes.
Igualmente, se busca, fortalecer a hombres y mujeres que tienen un nuevo concepto de poder y liderazgo, diferente del tradicional, en el que la honestidad y responsabilidad sean la base del poder y liderazgo.
El modelo de formación permite contar con herramientas conceptuales y metodológicas que coadyuven a conocer mejor las relaciones interpersonales, el contexto social, cultural, político y económico, así como las estrategias de negociación, la defensoría de sus proyectos y las relaciones grupales, entre otros.
Eficientar el trabajo y hacer visibles a las mujeres
Uno de sus objetivos es caminar hacia un liderazgo que propicie la implementación de estrategias de defensa y negociación, a fin de hacer más eficiente el trabajo político de las y los jóvenes y fortalecer su posibilidad de hacer avanzar sus causas.
El núcleo central del proyecto educativo, político y cultural es un modelo teórico-práctico, basado en la interdisciplinariedad y en la interrelación de los cuatro ejes que lo conforman: información y conocimiento; el eje de subjetividad; imagen, y el de estrategias de gestión, negociación, defensoría y cabildeo.
En este contexto, en enero de 2002, vía el financiamiento de las fundaciones Ford y MacArthur, el ILSB puso en marcha un nuevo proyecto dirigido a la formación de mujeres líderes indígenas de todo el país, según explica Mónica Zárate, directora del proyecto de Mujeres del Instituto.
El proyecto piloto constó de un curso-taller básico intensivo de 40 horas en el que participaron 29 mujeres de 16 estados de la República Mexicana.
Muchos fueron los logros del curso-taller, detalla Mónica Zárate, tales como abordar temas como el racismo, la discriminación de género, el respeto a los derechos humanos básicos de las mujeres y la autonomía indígena, vista ésta desde la experiencia nacional e internacional.
Además se hizo una profunda reflexión sobre las leyes nacionales frente a los usos y costumbres de sus comunidades, el feminismo indígena, la defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas, liderazgo y mujeres, derechos sexuales y reproductivos, estrategias para el manejo de cámaras y micrófonos, pero sobre todo se inició la formación de una red de mujeres líderes indígenas en nuestro país.
Una segunda fase de este proyecto se desarrolló en el año 2003 con el apoyo financiero del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Fondo de Desarrollo las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) a través del taller «Género, etnicidad y liderazgo: entrecruzamientos y encuentros», dirigido a la formación de 50 mujeres líderes indígenas de todo el país, entre ellas 14 regidoras que llegaron hasta la sede del ILSB en los meses de noviembre y diciembre de ese mismo año.
En este proyecto participaron, vía convenio, el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas) del Sistema SEP-Conacyt.
Fortelecer las políticas públicas de género
Del trabajo con las mujeres se desprendió que en los diversos sectores existen diferentes necesidades, aunque el factor común es la discriminación de que son objeto «porque todavía las mujeres seguimos teniendo poca visibilidad y poca representación en los puestos de toma de decisiones», de ahí la necesidad de profesionalizar y fortalecer el liderazgo femenino, asevera Zárate.
Las mujeres indígenas son impresionantes, han superado todos los obstáculos en sus comunidades poder ejercer un liderazgo, «tienen un discurso articulado pero es necesario fortalecerlas», porque al igual que las ejecutivas enfrentan múltiples barreras que acotan su quehacer.
El taller «Género, etnicidad y liderazgo: entrecruzamientos y encuentros», reunió a dirigentas de Chiapas, Puebla, Guerrero y Morelos. «Casi todas tenían cargos a nivel municipal, por lo que era necesario el abordaje de las políticas públicas con perspectiva de género, profundizar sobre la problemática que enfrentaban como mujeres indígenas participando en cargos de gobierno en los que antes no participaban», observa la antropóloga María Teresa Sierra, una de las docentes del curso-taller.
Las regidoras participantes del proyecto cuentan ahora con mayores elementos para la planeación estratégica, para la definición de políticas públicas en el marco del municipio, así como para el manejo del presupuesto en cuestiones prácticas. En fin, se profundizó en temas específicos de la gestión municipal, apunta Sierra.
La antropóloga señala que la tarea de las mujeres indígenas con cargos en el municipio no es fácil, porque dentro de sus comunidades prevalece la percepción de que no pueden ocuparlos ya que «no es común que las indígenas estén al frente de sus gobiernos.»
Sin embargo, han logrado romper con roles e ideologías tradicionales en el sentido de que las mujeres deben estar confinadas al ámbito doméstico para ocupar otros espacios en la comunidad, cambiar las dinámicas y costumbres para demandar su participación en espacios públicos.
Las 14 regidoras ya libraron una serie de batallas al confrontarse con sus esposos, familias, vecinos y su propia comunidad, sin embargo han logrado ser electas al ser reconocido su trabajo en la gestión municipal, donde han demostrado su capacidad y por tanto reciben el aval y apoyo de sus representados.
De acuerdo con María Teresa Sierra, las mujeres indígenas participantes del curso están sujetas a observación continua, no obstante haber llegado a las regidurías después de haber pasado por distintas organizaciones, de haber participado en espacios políticos y tras una larga trayectoria de lucha y activismo, aunque a la vez con un gran compromiso en sus comunidades, en especial con las mujeres y sus hijos.
Así, las indígenas van ganado terreno en los espacios municipales, muestran su interés por mejorar cada día, buscan perfeccionarse para consolidar su liderazgo, encuentran nuevos caminos y nuevas fórmulas.
Ellas, las regidoras, abandonaron las instalaciones del Instituto Simone de Beauvoir, en la delegación Coyoacán del Distrito Federal, convencidas de sus derechos, conscientes de todas las batallas perdidas, pero también de las ganadas, con largas historias de injusticia compartidas, pero convencidas de que la lucha sigue, un con algo más… una gran fortaleza para retornar a sus lugares de origen.
2004/SM/
