Quien controla la información genética, tiene acceso a la información y controla el comercio y con ello la economía mundial, sostuvo hoy la directora regional de la Fundación Heinrich Böll (FHB) para México, Centroamérica y El Caribe, Silke Helfrich.
Al inaugurar la Conferencia de Biopolítica 2004, «Privatización de la Naturaleza y del Conocimiento. Bajo el signo de BIOS: tecnología, ética, diversidad y derechos», Helfrich apuntó que es necesario llevar los asuntos de la ingeniería humana y de la naturaleza a un debate público y democrático a fin de no caer en la trampa de la propiedad intelectual.
Acompañada por Thomas Fatheuer, director regional de la FHB en Brasil y el Cono Sur, Helfrich dijo que si no existieran los Derechos de Propiedad Intelectual no estuviéramos discutiendo, de ahí que una de las ideas es cuestionar los derechos de del agro, genética humana y acceso a la información a través de distintas vías para integrar una misma agenda de temas aparentemente distintos, pero que tienen en común la problemática de la naturaleza y de la sabiduría.
Mientras que Thomas Fatheuer lamentó el papel de los medios de comunicación porque desconocen el tema y llamó a un debate amplio con los medios y sus representantes, pues está en juego la apropiación del dominio público que afecta a los países tanto del norte como del sur.
Por otra parte, Olga Drossou, experta en medios de la misma organización recalcó que en Alemania el movimiento social emitió un documento denominado la Carta de los Derechos Ciudadanos, cuya contribución más importante es proteger el dominio público del conocimiento de la propiedad privada.
Privatizar el conocimiento, advirtió la experta sería una amenaza para la humanidad y sostuvo que está en juego la libre expresión, la capacidad de información y el libre flujo de la información para los ciudadanos a través de instrumentos como la internet.
Durante la tarde se realizó el panel Los ADPIC (Acuerdos sobre los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) en el que participaron Silvia Rodríguez de Costa Rica; Corinna Heineke, de Alemania, y Steve Emmott, ex asesor del Parlamento Europeo.
2004/SJ/LR