Salvar la vida de las mujeres indígenas es el llamado que hoy se hizo a los gobiernos del mundo en la Tercera Sesión del Foro Permanente Indígena, que se realiza en la sede de las Naciones Unidas, fuertemente representada por la población de América Latina.
A nombre de Enlace Continental de Mujeres Indígenas, la representante mexicana, Tarcila Rivera, consideró fundamental «la promoción de nuestras prácticas y conocimientos ancestrales, así como la incorporación de nuestra visión en las políticas de salud para las comunidades indígenas».
Durante su participación en la mesa de salud, solicitó la intervención del Foro Permanente para que el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Fnuap); del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), para dar prioridad a la salud integral y reproductiva de las mujeres y niñas en sus presupuestos e incidir directamente para tener políticas con enfoque intercultural.
Informó que alrededor de 200 representantes indígenas harán una declaración final el próximo viernes, al concluir el foro que inició aquí el pasado 10 de mayo.
Rivera llamó a los gobiernos de la región a destinar mejores presupuestos para la atención de las mujeres indígenas e identificar sus problemas de salud, capacitar a promotoras, parteras y otras prestadoras de servicios para vencer el maltrato y la desconfianza, como promueve el Plan del Cairo.
Expresó además su preocupación sobre la alta incidencia de maternidad adolescente en las comunidades indígenas.
En tanto que la boliviana Alicia Canaviri, en su traje tradicional, llamó a que se respete e instutionalice el uso de prácticas de medicina ancestral «en los servicios de salud oficial, tanto en la medicina preventiva como en la curativa.»
Asimismo, recomendó «combinar la sabiduría ancestral de la medicina indígena con la moderna en reconocimiento de la labor social de las comadronas, parteros y especialista en la medicina indígenas,» así como su profesionalización.
«Entre las poblaciones indígenas la salud es integral, una armonía del cuerpo, mente y espíritu con el universo», explicó Fanny Pocaterra, a nombre de la Red de Mujeres Indígenas Guayu, Venezuela, al llamar al «rescate del parto como acto sagrado» y «el amamantamiento como forma de comunicación entre madres y sus hijas e hijos.»
La petición para apoyar a parteras y otros curanderos indígenas, la protección de plantas y lugares sagrados, la implementación de salas de partos tradicional fueron peticiones secundadas por otras representantes de grupos del Amazonas o quechuas del Ecuador.
Pero también por la representante de organizaciones pigmeas del Congo, que sin dar su nombre como ocurre en las sesiones de la ONU, denunció una campaña oficial contra las prácticas de salud pigmeas por considerarlas «atrasadas».
ABANDONO DE PRESAS EN MEXICO
El Proyecto de la Memoria Histórica, de la Universidad John Jay de Justicia Penal, representado por su directora Marcia Esparza, llamó la atención sobre «el abandono sufrido por las mujeres indígenas en las cárceles de Latinoamérica. Este abandono es el resultado de las políticas genocidas y el colonialismo de sus tierras, recursos y población.»
Un caso paradigmático, como presentó la jurista, es el de las indígenas presas en el penal de Ixcotel, Oaxaca, quienes dijo, pudieron comprobar en el lugar el deterioro de su salud física y psicológica.
«Algunas de las entrevistadas manifestaron falta de apetito a causa de la depresión que sufren al estar separadas de sus familias y comunidades.»
2004/MR/GV
