La globalización y las estrategias militares «antiterroristas» ponen al mundo en un hilo, denunciaron feministas de Latinoamérica y el Caribe al convocar a las mujeres de la región a rechazar ese modelo que imponen los países poderosos, durante el IX Encuentro Feminista en Costa Rica en diciembre próximo.
Activistas del comité organizador en el país centroamericano dijeron que las preocupaciones de las feministas son muchas, y que una de ellas se enfoca a la condición de las mujeres en Afganistán, toda vez que a pesar de la caída del régimen talibán sus vidas siguen amenazadas.
Externaron su inquietud por la violencia de que son víctimas millones de mujeres en todo el mundo, la cual se refleja en la discriminación y la opresión contra la mitad de la población.
El IX Encuentro abordará el tema de la globalización y el feminismo, para reflexionar sobre el camino a seguir en la construcción de un nuevo movimiento contestatario, maduro y reflexivo.
Tras asegurar que el poder globalizado no sólo es machista, sino racista, clasista y homofóbico, las activistas llamaron a que el movimiento feminista haga coaliciones con otros movimientos antidiscriminatorios, y así formar un frente común ante la globalización en América Latina y el Caribe.
Alda Facio del Instituto Interamericano de Derechos Humanos en Costa Rica, sostuvo que la globalización es un fenómeno que tiende a sustituir la economía basada en producir bienes, por una que se sustenta en la especulación.
Este modelo, dijo, sobrevalúa el dinero, el mercado de valores y la circulación de capitales, dejando de lado al ser humano y generando riqueza en unos pocos y pobreza en muchos. La globalización ha logrado que la mayoría de la gente se conforme con discursos desprovistos de acciones, lamentó.
La incorporación del género en las instituciones de la oligarquía internacional como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), ha permitido a esos organismos continuar con sus planes de ajuste estructural sin oposición del movimiento feminista.
Cinco años después de Beijing, las mujeres del mundo somos más pobres, más violentadas y más marginadas de los espacios de poder real, y sin embargo «decimos que hemos avanzado porque ahora estamos presentes en el discurso de los poderosos, y la perspectiva de género aparece en todas o casi todas sus políticas y proyectos», apuntó.
No obstante, Facio aclaró que una estrategia central del feminismo fue y sigue siendo la incorporación de esa perspectiva en todo el accionar humano, no como discurso sino como medio para eliminar la desigualdad de poder entre los sexos.
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