Activistas por la defensa del derecho al agua de Bolivia, México y Sudáfrica hicieron un llamado a la unidad de todos los pueblos para detener la privatización del líquido impulsada por las grandes trasnacionales del sector que, denunciaron, actúan con la anuencia de los gobiernos.
La unión de los pueblos crea fortaleza, y los gobiernos deben no solo entender nuestras demandas de acceso al agua, sino acompañarlas, sostuvo Oscar Oliveiros, quien encabeza el movimiento contra la privatización del recurso en Cochabamba, Bolivia.
Oliveiros participó como ponente en el panel inaugural del Foro Internacional por la Defensa del Agua, convocado por organizaciones de la sociedad civil, donde expuso el caso de esta región de Bolivia como un claro ejemplo de lo que logran los pueblos unidos en la defensa de sus derechos.
Recordó que fue la movilización popular, a través de la coordinadora del Agua, la que dio marcha atrás a la conseción otorgada por el gobierno a las transnacional ECHTEL, para explotar de manera exclusiva el transporte, almacenamiento, distribución y comercialización del agua potable en la zona.
Bricks Mocolo expuso el caso de Sudáfrica, donde la privatización del suministro de agua potable se ha traducido en niveles de pobreza y mortalidad infantil que no se vivieron ni siquiera durante la vigencia del «Apartheid», la política oficial que excluía a la población negra del acceso a los servicios.
«Después de la privatización, mi comunidad comenzó a vivir una vida diferente y fue difícil para los más pobres pagar el acceso al agua, que nos manejaron con el concepto de ‘costo de recuperación’ y otros términos técnicos difíciles de entender por quienes no tuvieron acceso a la educación debido al «Apartheid», explicó.
Quienes no tenían dinero fueron obligados a caminar muchos kilómetros para obtener agua, o comenzaron a robársela a los vecinos, un problema que no había ni siquiera con el Apartheid, dijo, y aseguró que las más eficaces formas de gestión del agua son las asociaciones público-públicas.
La única forma de hacer frente a la tendencia privatizadora del agua es la unión de todos los pueblos, dijo. «Necesitamos poder para enfrentarnos a las corporaciones capitalistas».
Margarita Mendoza, comunera de Cacahuatepec, Guerrero, presentó el caso de la Parota, que ha unificado a ejidos y comunidades de la región en contra del proyecto para construir una presa a orillas del Río Papagayo, donde se tiene previsto instalar una central de energía hidroelétrica.
Al igual que quienes la antecedieron, hizo un llamado a los pueblos del mundo a mantener la lucha por el acceso al agua y contra la privatización.
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