Los avances legales en materia de aborto en México son logros de papel, ya que miles de mujeres mexicanas siguen jugándose la vida y la salud para hacer valer su derecho a una maternidad libre y voluntaria, establecido en el artículo IV de la Constitución.
A 10 años de la campaña que por el Día Latinoamericano por la Despenalización del Aborto llevan a cabo organizaciones civiles de la región, en México éste sigue siendo un problema de salud pública y de justicia social que, de acuerdo al Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), cada año mata a mil mujeres, en su mayoría pobres.
Organizaciones civiles especializadas en el tema aseguran que los avances más visibles en materia de aborto se han dado en la legislación y el debate.
El derecho de las mujeres a decidir si quieren o no continuar un embarazo no sólo se discute en espacios públicos, además las causales que permiten el aborto son cada vez más.
DERECHO DE PAPEL
A decir de la fundadora de la organización civil Salud Integral para la Mujer (SIPAM), Pilar Muriedas, si bien es cierto que los avances más importantes en materia de aborto se han dado en la ampliación de las causales que lo permiten, en los hechos, la interrupción legal del embarazo no deseado no es un derecho real para las mujeres.
En opinión de la directora en México de la organización internacional Católicas por el Derecho a Decidir, María Consuelo Mejía, una de las causas es que las mujeres no conocen sus derechos y los servidores públicos desconocen sus obligaciones, lo cual no permite que ellas exijan a los prestadores de servicios actuar con apego a la ley.
Vicente Díaz, director general de Mexfam, organismo civil especializado en el tema, asegura que las creencias personales de legisladores, agentes del Ministerio Público y personal médico, siguen anteponiéndose a los derechos de las mujeres a decidir si quieren interrumpir un embarazo, aún en las condiciones que la ley lo permite.
El director general de la organización que en días pasados ganó el premio Premio West Wind por su trabajo en el tema de la prevención del aborto inseguro, señaló que la jerarquía católica y los grupos conservadores siguen teniendo una gran influencia en las decisiones que se toman desde los espacios políticos y las de los servidores públicos.
De hecho, para el integrante del Comité Técnico del Instituto Mexicano de Sexualidad (Imesex) Víctor Manuel Oseguera, para los legisladores hablar del aborto es considerado un error político.
VERDADES A MEDIAS
Según las cifras más recientes del Consejo Nacional de Población (Conapo) en México se registraron en 1997 alrededor de 196 mil abortos, pero las organizaciones no gubernamentales aseguran que los datos disponibles incluyen una mínima parte de los abortos que realmente se practican.
Tampoco existen datos sobre las secuelas del aborto en la salud de las mujeres que sobreviven, pero quedan con afectaciones severas a su salud. Una encuesta nacional realizada por el Population Council indica que la tasa de complicaciones es elevada.
En opinión de la portavoz de GIRE, Martha Juárez, «el único dato certero con el que contamos es que las complicaciones del aborto, representan la tercera causa de mortalidad materna en el país, sobre todo para mujeres pobres que habitan en zonas de alta marginación».
A pesar del alarmante panorama, agregó Juárez, el debate –cuando lo hay- que se da en los espacios políticos sobre aborto, se limita a aspectos morales que reducen el problema al bien y al mal, a favor y en contra, en el cual los argumentos no son lo que importa, sino las creencias de cada quien.
Para el médico brasileño Anibal Faúndes, los doctores se enfrentan a un «falso dilema», ya que se preocupan por el feto porque tienen miedo de que los identifiquen como personas que están a favor del aborto.
Nadin Gasman, directora de la organización internacional Ipas, que trabaja en el mundo para evitar las muertes por aborto, asegura que esto ocurre porque la jerarquía católica no ha logrado entender que estar a su favor no significa promoverlo, sino reconocer la capacidad que cada mujer tiene de decir, de acuerdo a sus circunstancias y realidad, si desea o no continuar con un embarazo.
PEQUEÑOS REMEDIOS PARA GRANDES MALES
Los especialistas indican que el penalizar el aborto no lo erradicará, por el contrario, aumentará y agravará sus consecuencias, ya que a pesar de que la ley no lo permita, las interrupciones del embarazo siempre existirán porque siempre habrá la posibilidad de que los métodos anticonceptivos fallen y siempre habrá relaciones sexuales sin consentimiento.
A decir de Muriedas, el aborto no es una decisión irresponsable, por el contrario, quienes deciden someterse a uno es porque ya pasaron por un proceso en el que sopesaron los efectos y consecuencias de llevarlo a cabo e incluso la posibilidad de perder la vida.
Al respecto Faundés, se pregunta ¿por qué es tan terrible el embarazo que las mujeres optan por el aborto? a lo que contesta que las principales causas son porque el compañero desaparece, la familia no acepta el embarazo, porque el patrón o en las escuelas no se aceptan a las mujeres embarazadas y porque el Estado no proporciona apoyo para ejercer la maternidad.
Para Martha Juárez, vocera de GIRE, el hecho de que las mujeres conozcan sus derechos no sólo permitirá que exijan su pleno ejercicio, sino que provocará un cambio importante en el comportamiento de legisladores y servidores públicos y promoverá que los argumentos de la derecha, opuesta al libre ejercicio de la maternidad, cambien de simples argumentos morales a científicos.
2003/MM/MEL
