Las mujeres solteras, una quinta parte del electorado estadunidense, son la apuesta del Partido Demócrata rumbo a las elecciones presidenciales este 2004, de acuerdo con algunos diseñadores de la estrategia electoral del actual partido opositor.
La militancia demócrata se dirige ya a las mujeres sin pareja –nunca unidas, divorciadas o viudas— tras un estudio que en diciembre mostró que las solteras tienen ideas políticas más progresistas que las casadas, pero rehúyen las urnas, indica un reportaje de la agencia especializada Women E-News.
Aseguran que si pueden revertir esa tendencia y persuadir a más solteras para que acudan a la primera y segunda vuelta electoral, podrían encontrar una mina de oro de nuevas militantes e inclinar la balanza de lo que se percibe como una difícil carrera hacia la Casa Blanca, misma que culmina el próximo dos de noviembre.
«Si las mujeres solteras votan igual que las casadas, tendrían un impacto decisivo en esta elección y podrían ser las más importantes agentes de cambio en la política moderna», dijo Stan Greenberg, un diseñador de encuestas demócrata quien hizo el estudio y dirige la empresa Greenberg Quinlan Rosner Research.
Celinda Lake, otra mercadóloga que desarrolló la investigación con Greenberg, coincidió en que «Las mujeres solteras representan millones de votantes adicionales con preocupaciones muy claras sobre la economía, la salud y la educación».
Entrevistada por la reportera Allison Stevens, también presidenta de la consultora Lake Snell, Perry y Asociados, con sede en Washington, agregó que las mujeres sin pareja «Quieren grandes cambios y una agenda más progresista que se refiera sobre todo a sus preocupaciones económicas.
La encuesta mostró que las mujeres solteras podrían haber cambiado el resultado de la elección presidencial del 2000 si hubieran votado en el mismo número que las mujeres casadas: 68 por ciento de las casadas votaron entonces, contra 52 por ciento de las solteras.
Este fenómeno, según Women E-News, eliminó cerca de seis millones de votantes potenciales de un proceso que se basó en un poco más de medio millón de votos.
Si las solteras hubieran votado en Florida al mismo ritmo que el sufragista promedio, el electorado hubiera crecido en 202 mil 640 votos, una cifra que hubiera cambiado el margen de 537 votos en la acalorada batalla.
Cuando se trata de políticas domésticas y económicas, tales como el futuro de la seguridad social, los derechos reproductivos y el cuidado a la salud, las mujeres solteras «apoyan fuertemente las posturas del Partido Demócrata», dijo Ann Lewis, presidenta del Centro para el Voto Femenino del Comité Nacional Demócrata.
La administración Bush se caracterizó desde el primer día por su política conservadora e incluso retrógada, según el movimiento feminista estadunidense. Su estrategia antiaborto ha recortado recursos para planificación familiar en naciones tan pobres como Nepal y también tiene en jaque el derecho a un aborto seguro ganado desde 1974 en la Unión Americana.
En cuestión de votantes, el grupo republicano asegura que ellos no privilegian a ninguna población.
«Llegamos a todos los votantes: afroamericanos, votantes hispanos, hombres casados, hombres solteros», dijo a Women E-News, Christine Iverson, vocera del Comité Nacional Republicano: «La administración Bush y el Partido Republicano han apoyado algunas políticas llamativas para una amplia variedad de trabajadores americanos».
Al mismo tiempo, los republicanos no están dispuestos a ceder terreno a los demócratas cuando se trata de mujeres votantes. El Comité Republicano, por ejemplo, lanzó un programa llamado Mujeres Ganadoras, diseñado para reclutar candidatas para contender y alcanzar a las votantes, dijo Iverson.
LO QUE ELLAS QUIEREN
Al margen de las ambiciones de los dos mayores partidos estadunidenses, la encuesta halló que las solteras no están atadas a un solo partido político, aunque los demócratas hallaron razones para pensar que apoyarían a sus candidatos por tener visiones más adelantadas que los republicanos.
Las solteras suelten tener mayores penurias económicas y están más preocupadas por su economía que las casadas.
Pese a los anuncios del presidente George Bush, la tradición estadunidense liga una mejor situación económica con el Partido Demócrata.
El reto demócrata, según algunos analistas, será poder llegar con un mensaje a estas mujeres con tendencias abstencionistas. Stepehn Hess, académico en The Brookings Institution, asegura que el grupo demócrata podría tener dificultades para dirigir un mensaje único a todas las mujeres solteras.
«Hay muchas mujeres solteras sin recursos», explicó Hess, que suelen ser pobres, con bajo nivel educativa y cínicas sobre la posibilidad de que las elecciones les traigan ningún bien.
BUSCAN VOTANTES, NO CANDIDATAS
Para estas elecciones se prevé no contenderá una mujer por el Partido Demócrata.
La prensa internacional sostiene que la actual senadora por Nueva York, Hillary Clinton, con sus bonos siempre a la alza, se reservará la carrera presidencial hasta 2008, cuando Bush no busque la reelección.
Mientras que la embajadora Caroline Moseley Braun, feminista y destacada líder afroamericana, a pesar de haber defendido legislación considerada crucial para las mujeres y sus familias –según su curricula oficial-, está muy abajo en las listas de precandidaturas por el Partido Demócrata, en el que a la fecha contiende ella y ocho varones.
Las encuestas favorecen a Joseph Lieberman, Wesley Clark y Al Sharpton.
04/MR/GMT
