El procurador de Yucatán, Miguel Ángel Díaz Herrera, demandó judicialmente a 15 reporteros por hostigamiento, denunció la periodista Socorro Chablé recién galardonada con el premio estatal de periodismo por la categoría única de reportaje, en medios impresos.
Durante el Foro de análisis de legislación en materia de comunicación y acceso a la información, efectuado la semana pasada en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, la periodista comentó que el supuesto hostigamiento por el que el funcionario demandó a los reporteros, incluida ella, en realidad ocurrió cuando éstos cumplían con su trabajo intentando entrevistarlo.
Por considerar la denuncia una arbitrariedad injustificada, comentó a los colegas asistentes al foro, ella y los afectados ya habían entablado su queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Otro caso denunciado por la periodista y donde se refleja el desconocimiento que los funcionarios de la entidad tienen acerca de la libertad de expresión es el de la secretaria de Turismo, Carolina Cárdenas, quien critica a los reporteros por su apariencia y su manera de vestir; incluso llega al extremo de sugerirles a los reporteros que para los actos oficiales vistan traje regional y a las reporteras terno.
En opinión de la reportera, casos como los anteriores ocurren porque los funcionarios públicos carecen de mecanismos para establecer una buena relación con los periodistas y no saben cómo hacerles llegar la información que se requiere para cumplir con el trabajo que se les demanda.
El hecho evidenciado por Chablé respecto de la denuncia del procurador Díaz Herrera se debió a que, cuando en pleno ejercicio de su trabajo los reporteros lo abordaron para entrevistarlo, el funcionario los eludió con el apoyo de su escolta provocando un enfrentamiento.
El resultado es que, luego de haber ordenado la agresión física contra los reporteros, Díaz Herrera resultó ser la víctima. «Los periodistas tenemos que demandarles a los funcionarios el respeto que nos merecemos», asegura enfática la reportera también afectada con la demanda.
Desde su punto de vista la solución sería marcar una sana distancia entre reporteros y funcionarios para que cada uno ocupe el lugar que le corresponde, pues las «confiancitas» que en ocasiones se dan no permiten establecer relaciones respetuosas.
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