En un seguimiento de la importancia que tiene para las mujeres observar la relación entre cáncer y su estilo de vida, en la entrega de hoy hablaremos de los efectos de algunas sustancias que se encuentran en los desodorantes y los cosméticos.
La referencia a sustancias como los parabenos y el aluminio, la encontramos en el libro «Cáncer y estilo de vida», escrito por el doctor inglés Robert Thomas y las doctoras mexicanas Laura Suchil y Emma Verástegui, quienes trabajan el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) en temas relacionados con pacientes que tuvieron cáncer o están en tratamiento.
Los parabenos, son una clase de conservadores que se encuentran en algunos desodorantes y en ciertos cosméticos, se explica en el texto publicado por el INCan en 2009, en estudios realizados en el laboratorio se ha encontrado que ambos contienen xenoestrógenos con propiedades nocivas.
Como ya explicamos en la entrega pasada, los xenoestrógenos son sustancias químicas que se encuentran en el medio ambiente y compuestos químicos artificiales que tienen un efecto estrogénico, ya sea porque tienen una estructura química similar a los estrógenos o porque afectan la actividad de las hormonas sexuales por una vía indirecta.
El grupo más común de estos productos químicos son los ninefilos policlorados (PCB) y los organoclorados, y se encuentran en fuentes que incluyen: plaguicidas, herbicidas, la contaminación generada por los automóviles, los combustibles, algunas drogas, el policarbonato de los pañales de bebé y los envases para comida de vidrio.
Según «Cáncer y estilo de Vida», la primera vez que se mostró un efecto dañino de estas sustancias químicas en seres humanos –particularmente en las mujeres con cáncer de mama– fue por un estudio realizado en 2004 en la Universidad de Reading, en el Reino Unido.
«Se encontró una mayor cantidad de parabenos en la parte externa de la mama y en las células del cáncer de mama. Aunque no se ha demostrado una relación directa con el cáncer, existe una iniciativa para alertar a los fabricantes de cosméticos a evitar los parabenos de sus productos».
De ahí la importancia de revisar la etiqueta de los productos que se adquieren en el mercado, ya que en muchos de ellos se puede leer que contienen parabenos, se alerta.
Para evitar la sudoración, los fabricantes utilizan sales de aluminio en los antitranspirantes.
En el libro se expone que en un estudio realizado en 2007, en la Universidad de Quilla, en Inglaterra, se mostró que existían mayores cantidades de aluminio en la parte superior externa del área de la mama de las mujeres que utilizaban antitranspirantes con regularidad, dar a conocer esta información provocó «una intensa conmoción» en los medios de comunicación.
En «Cáncer y estilo de vida» se afirma que, con respecto al aluminio, otra de las cosas que han demostrado estudios de laboratorio es su efecto estimulante de estrógenos, además de tener múltiples consecuencias nocivas.
En el libro, sus autoras y autor reconocen que sería difícil diseñar un estudio con seres humanos para averiguar si las y los usuarios regulares de antitranspirantes, tienen o no, un riesgo mayor de desarrollar cáncer de mama.
No obstante lo anterior, en pro de la prevención, hacen un llamado a las marcas que los producen: «Sería interesante ver si los fabricantes pueden utilizar un sustituto no estrogénico».
Con respecto al tema de la prevención en la siguiente entrega hablaremos de la importancia del manganeso, el cobre y el zinc y su papel como antioxidantes.
* Periodista mexicana, narradora oral, facilitadora de grupos, terapeuta con Enfoque Centrado en la Persona y Gestalt e instructora asociada del Sistema Tao Curativo.
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