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Los retos de Berger

Por Ana María Portugal

A partir de mañana, Guatemala tendrá un nuevo gobierno. El abogado y empresario conservador Oscar Berger asumirá la presidencia, luego de lograr más del 54 por ciento de los votos en la segunda vuelta electoral, caracterizada por una fuerte participación femenina.

«Queda esperar que el nuevo mandatario cumpla con sus compromisos», señala la escritora y periodista Laura Asturias, al tiempo de informar que una delegación de representantes de la sociedad civil entregó a Berger un documento de peticiones denominado Hacia una nueva etapa en la construcción de la paz.

Según el flamante presidente, su plan de trabajo para los próximos años contempla cumplir las metas establecidas en los Acuerdos de Paz que fueron suscritos el 29 de diciembre de 1996, tras más de 30 años de conflicto armado que dejó un saldo de 200 mil personas muertas.

NOSOTRAS, LAS MUJERES

Meses antes de celebrarse las elecciones y ante la inscripción del general Efraín Ríos Montt como candidato a la presidencia, «un grupo de mujeres conscientes de la historia y del papel cumplido por Ríos Montt como dictador entre 1982 y 1983, se lanzó a las calles para realizar acciones relámpago para sensibilizar a la población», relata la periodista guatemalteca Olga Villalta.

La campaña Nosotras, las mujeres fue ideada por activistas de diversos sectores sociales. «Cada cual aportó su arte, sus ideas, su experiencia en organización y, poco a poco, como aceite, se fueron expandiendo en todo el país los volantes que portaban consignas como «Las mujeres guardaremos un secreto: el voto. No habrá cámaras, no habrá guardias ni mirones. Nadie sabrá por quién votaste. Tu voto es secreto. Vota consciente», testimonia Villalta.

A principios de octubre de 2003 salieron a las calles «a pintar siluetas simulando los cuerpos de las personas asesinadas durante la época de mayor represión», recuerda Gladys Hernández. Fueron 19 siluetas que simbolizaron los lugares donde tuvieron lugar secuestros y asesinatos.

Posteriormente colocaron mantas en varios lugares céntricos de la capital con el lema «Por la vida de las mujeres, ni una muerte más», en protesta por los 160 asesinatos de mujeres ocurridos en los últimos meses de ese año y la falta de investigación y castigo a los responsables.

De esta manera, las mujeres unieron sus voces a la inmensa protesta ciudadana que provocó el fallo de la Corte de Constitucionalidad (CC) que, en un repudiado veredicto de cuatro votos a favor y tres en contra, resolvió favorablemente la inscripción de Ríos Montt. Este fallo vulneró el artículo 186 de la Constitución que prohíbe a quienes han participado en acciones golpistas su inscripción como candidatos.

En un año marcado por la violencia, persecución, amenazas, secuestros y asesinatos de activistas de derechos humanos y periodistas, la candidatura del dictador Ríos Montt significó una afrenta. Acusado de cometer atrocidades durante la guerra civil de hace dos décadas, Ríos Montt no vaciló en apelar a la violencia para imponer su candidatura, usando a patrullas de paramilitares como fuerza de choque.

Estas patrullas fueron creadas por él mismo, así como el partido Frente Republicano Guatemalteco (FRG), al que pertenece el mandatario saliente, Alfonso Portillo. Pero fueron las urnas las que hicieron justicia al pueblo guatemalteco. Ríos Montt fue derrotado en la primera vuelta de las elecciones, obteniendo menos del 17 por ciento de los votos, quedando en un lejano tercer lugar después de Alvaro Colom, del Partido Unidad Nacional de la Esperanza.

Como ha sido reconocido internacionalmente, las violaciones a los derechos humanos fueron cometidas fundamentalmente por el ejército. Así parece haber tomado conciencia el nuevo presidente, quien acaba de dar un paso importante con la firma de un acuerdo con Naciones Unidas para establecer una misión internacional que persiga a los grupos clandestinos vinculados al crimen organizado.

Naciones Unidas también le ha pedido a Oscar Berger el desmantelamiento del Estado Mayor Presidencial, un cuerpo de élite que está acusado de cometer la mayoría de crímenes contra activistas de derechos humanos y opositores políticos.

LLAMADO A EJERCER EL VOTO

Una organización particularmente activa en este perIodo fue la Asociación de Mujeres Mayas Moloj. Con la elaboración de la Agenda Mínima de Mujeres Mayas, buscó generar conciencia en la población y en particular en las mujeres de esta etnia, sobre la importancia de su participación en las elecciones.

Ana María alvarez, dirigenta de la Asociación, ofreció capacitación a las mujeres sobre los mecanismos de votación, entre otros temas. El propósito de la Agenda fue generar cambios estructurales democráticos a favor de las mayas, según palabras de alvarez, y fue avalada por la Coordinadora Nacional Indígena y Campesina (Conic), la Asociación Mujer Vamos Adelante, el Foro de la Mujer Región III, y la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (Conavigua), entre otras.

Una acción destinada a establecer un diálogo con los partidos políticos y las mujeres candidatas, constituyó el Foro de Documentación y Participación Ciudadana, que demandó una cuota mínima de participación femenina dentro de la Ley Electoral de Partidos Políticos.

A su vez, la Agenda Política Mujeres en la Diversidad mostró el potencial organizativo de los diversos sectores de mujeres. Esta Agenda fue presentada a los partidos y sus candidatos y candidatas en un gran acto público con asistencia de 700 personas.

ESCASO NUMERO

De acuerdo a datos del Tribunal Supremo Electoral, sólo 15 mujeres obtuvieron escaños parlamentarios a nivel distrital y nacional y al Parlamento Centroamericano (Parlacen). Hay mucho camino por recorrer, reconocen algunas dirigentas de las organizaciones de mujeres, convencidas de la necesidad de que el nuevo gobierno impulse políticas sociales para las mujeres.

Entre las electas figura Nineth Montenegro, que encabezó la lista parlamentaria de la Alianza Nueva Nación. Nineth es una reconocida activista de derechos humanos con una importante trayectoria política. Está en el Congreso desde 1996 y es muy cercana a las organizaciones feministas.

Anabella de León es otra de las mujeres que ocupará una diputación por la Gran Alianza Nacional (Gana) de Oscar Berger. Según Laura Asturias, Anabella tiene una gran trayectoria de trabajo en numerosos temas. «Se la conoce como una parlamentaria que no deja problemas irresueltos y que exige cuentas a los funcionarios, sobre todo en casos de corrupción».

En cuanto al nuevo gabinete ministerial, Berger designó a María Antonieta del Cid de Bonilla como ministra de Finanzas Públicas, y a Rosa María Angel de Frade a cargo de la Secretaría de Comunicación Social. Está pendiente la designación de titular de la Secretaría Presidencial de la Mujer y de la Defensoría de la Mujer Indígena.

Entretanto, la composición del nuevo gabinete ya concitó críticas de algunos sectores que consideran que algunos de sus integrantes no tienen ninguna preparación, o que están vinculados a los sectores empresariales del país. Otros se han mostrado decepcionados porque Berger, dicen, no ha cumplido su promesa de incluir a la población indígena.

En Guatemala, las mujeres representan la mitad de la población. Históricamente su acceso a las urnas se ha visto vulnerado por diversos factores. Uno de ellos es la falta de documentos de identidad que impide su empadronamiento, sobre todo las mujeres de las distintas etnias que conforman el 60 por ciento de la población viviendo en áreas rurales. Actualmente, sólo un 40 por ciento de las guatemaltecas está empadronado.

Otro factor que ha conspirado para mantener a la población femenina marginada del ejercicio ciudadano, es la falta de campañas de información y sensibilización sobre su derecho a votar, así como los arraigados prejuicios culturales y el machismo. Además, un elevado número de mujeres indígenas carece de escolarización, lo que las hace presas fáciles de la manipulación y el clientelismo político.

En estos comicios, abundaron las denuncias de manipulación del voto femenino. Florinda Chavajay, coordinadora del Foro Departamental de la Mujer de la localidad de Sololá, refiere que muchas veces las mujeres fueron presionadas por sus maridos, padres o hermanos, para votar por determinado partido, pues son los varones los que finalmente deciden.

Irónicamente, Guatemala fue el primer país centroamericano en otorgar el voto a las mujeres, aunque este derecho, obtenido en 1945, excluyó a las analfabetas. Una nueva ley de 1965 subsanó esta situación al extender el sufragio a toda la población femenina.

Contradiciendo este panorama, la asistencia de las mujeres a las urnas durante las jornadas de votación del nueve de noviembre y 28 de diciembre de 2003, se hizo notar. No fueron en vano las campañas y diversas iniciativas desarrolladas por las organizaciones de mujeres para marcar presencia como ciudadanas durante el periodo electoral que no estuvo exento de actos de violencia, protagonizados por los grupos paramilitares de derecha con el propósito de crear caos y terror entre la población, a fin de imponer la candidatura del ex dictador Efraín Ríos Montt.

ACUERDOS INCUMPLIDOS

Según analistas políticos, hasta la fecha los Acuerdos de Paz son letra muerta. Tanto en lo que concierne a la política económica como a los derechos humanos. Raquel Zelaya, ex secretaria de la Paz, advierte que la pobreza es cada vez mayor, así como la brecha entre pobres y ricos. «Esto refleja que las políticas sociales no funcionaron», dice Zelaya.

Guatemala exhibe altos niveles de desnutrición, analfabetismo y desempleo. Con una población indígena mayoritaria que está por debajo de los niveles de pobreza, sus condiciones de vida son precarias en lo que concierne a la salud, a la alimentación y el acceso a los bienes de servicio. Oficialmente, la mortalidad materna asciende a 153 muertes por 100 mil nacidos vivos, y las causas principales de los decesos son las hemorragias y el aborto.

¿Podrá el gobierno de Oscar Berger revertir esta situación? El programa de gobierno de Berger contempla, como ejes prioritarios, combatir la pobreza y la corrupción y conseguir la pacificación del país. Por encima de estas promesas y las expectativas ciudadanas frente al nuevo gobierno, el fracaso electoral de Ríos Montt se yergue con la mayor victoria democrática de los últimos tiempos.

04/AMP/GMT

* Periodista Peruana. Retomado del portal MujeresHoy

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