Los tres grandes riesgos que enfrenta el Instituto Mexicano del Seguro Social, según el último informe sobre su situación financiera, basado en estudios actuariales y contables realizados por tres despachos externos, dos nacionales y uno extranjero, están descritos en orden de importancia y urgencia que se deriva de las crecientes obligaciones del Régimen de Jubilaciones y Pensiones, del Contrato Colectivo de Trabajo que el Instituto tiene con el Sindicato del Seguro Social.
Quienes trabajan en el Seguro Social se jubilan en promedio, a los 53 años y reciben una jubilación aproximada del 30 por ciento superior a su último sueldo. En contraste, las personas afiliadas al IMSS se jubilan a los 65 años de edad, con una jubilación promedio, inferior al 50 por ciento de su último sueldo. Es decir que hay una diferencia de 8.3 veces la pensión del jubilado del IMSS que de un derechohabiente, a pesar de trabajar en promedio 12 años menos.
El IMSS ha invertido 3.7 veces más en el Régimen de Jubilaciones y Pensiones, RJP, que en infraestructura médica de servicio, en los últimos 10 años. Con una reducción de las camas de hospital por derechohabiente usuario de 1.18 a 1.07, y de consultorios de 0.55 a 0.41.
En menos de una década el número de jubilados del propio IMSS se duplicará, que ahora es más de 12 millones de trabajadores y 800 mil empresas. Lo cual pone en creciente riesgo la salud y la seguridad social de 45 millones de derechohabientes.
El segundo riesgo es la falta de financiamiento para los gastos médicos de pensionados, del seguro de enfermedades y maternidad derivado del envejecimiento de la población y la consecuente realidad de un mayor peso de las enfermedades-crónico degenerativas. Dado que la población en general de más de 65 años, crece a una tasa de 3.42 por ciento en comparación con la población menor a esta edad que crece a una tasa de 1.46 por ciento. Además del incremento en la esperanza de vida y del incremento en los precios de medicamentos que es mayor al de la inflación promedio.
Un tercer riesgo está relacionado con sus posibilidades de cumplir su misión social, asegurar a todas y todos los trabajadores de México, según lo estipulado por el artículo 123 de la Constitución. La proporción de trabajadores cubiertos por el IMSS dentro de la Población Económicamente Activa es de 29 por ciento en el 2003, y se calcula que cada mes que trascurre aumenta el pasivo laboral derivado del RJP en 5,000 MP, aproximadamente, lo cual es superior a la inversión anual del Instituto.
Otros factores configuran la complejidad de los retos que hacen difícil la expansión del número de trabajadores asegurados en el Régimen Obligatorio, el empleo crece en sectores más difíciles de fiscalizar, las figuras de autoempleo permiten que muchos trabajadores no coticen a la Seguridad Social, la demanda por espacios de guardería y servicios médicos más costosos crece.
Todo ello debido al crecimiento del empleo en sectores de comercio y servicios, al incremento del peso del empleo en empresas pequeñas y micro-negocios, al aumento de trabajadores por cuenta propia, prosigue la incorporación de mujeres al mercado formal de trabajo y crece la proporción de trabajadores eventuales con relación a los registrados como permanentes.
Ante una sociedad cambiante, un mercado laboral más fragmentado, el Régimen de Jubilaciones y Pensiones insostenible y el dilema financiero y social, se presenta un programa de acción con medidas administrativas internas, acciones regulatorias externas y posibles modificaciones legales.
Se requiere también de una identificación cuidadosa de las prioridades que son: proveer servicios de salud, guarderías, ayudas económicas y pensiones. Ponderar si el Instituto debe o puede mantener a futuro otras actividades y servicios que tal vez otras instancias del Estado mexicano puedan proveer de mejor manera. Pero la oportunidad de las medidas es vital.
*Senadora e integrante de la Comisión de Equidad y Género y de la Comisión Especial que dará seguimiento a los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez
2004/LS/GV
