A Juanita Pérez Rodríguez por su ejemplo.
«Si deseamos cosechar la paz y la justicia en el futuro, tendremos que sembrar la semilla de la no violencia, aquí y ahora, en el presente» este es una de las múltiples declaraciones que a lo largo de su vida ha expresado Máiread Corrigan, hoy ante los hechos de terrorismo que amenazan la vida de millares de seres humanos en el orbe sus enseñanzas son vigentes.
A lo largo de la historia de la humanidad muchas personas han apostado a luchar por la paz, entre las personas y los pueblos, algunas de ellas han alcanzado el reconocimiento y desde las tribunas internacionales se ha escuchado su voz, sin embargo, existen miles que nunca han sido reconocidas, la vida de Máiread Corrigan trascurrió de esta forma hasta que en 1976 al lado de Betty William obtuvieron el premio Nobel de la paz.
Máiread Corrigan nace en Belfast, Irlanda del Norte, el 27 de enero de 1944, hija de un contratista de mantenimiento y una mujer dedicada a su hogar.
Ella es la cuarta de siete hermanos, tres varones y cuatro mujeres, en su familia adquiere sólidos valores católicos en donde le inculcan la igualdad, su trabajo voluntario lo enfoca hacia las niñas, niños, las y los adolescentes de Irlanda, en donde a través de campamentos en Europa promueve la convivencia de católicos y protestantes para demostrar que en esencia todas y todos somos seres humanos.
Como a muchas mujeres a Máiread la injusticia concretada en la tragedia de la muerte de sus sobrinos y sobrina la sacan de su mundo tranquilo para enfrentarse a la violencia que día a día se libra en las calles de Belfast.
Entre 1969 a 1998, en Irlanda han muerto más personas que las que aniquiló la Segunda Guerra Mundial a causa de la intolerancia religiosa, este hecho fue el motor que impulsó a un grupo de personas a luchar por la paz encabezadas por Máiread Corrigan y Betty William que en 1998, lograron un acuerdo para cohabitar en paz, trayendo Irlanda del Norte al amanecer de la Pascua de la paz.
Un hecho inimaginable, increíble, lograron estas dos mujeres que antes de lograrlo se enfrentaron al terror y la amenaza de muerte por la búsqueda incansable por la paz, sus visitas a los presidios y a las familias de los terroristas, así como los campamentos para las y los jóvenes protestantes y católicos fructificaron después de 29 años y por ello son voces autorizadas para exigir a lado de muchas otras personas laureadas con premio Nóbel de la Paz el alto a la violencia.
Mairead Corrigan no se ha contentado con buscar la paz para su país ha viajado a más de veinticinco países a través del mundo. Éstos han incluido los Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia, Japón, Israel, Croacia y Eslovenia. América latina como la huésped del laureado Adolfo Pérez Esquivel , a quien ella había nominado para el premio.
En 1993 ella viajó a Tailandia con seis otros laureados Nóbel de la Paz en un esfuerzo inútil de entrar en Myanmar (Birmania) para protestar la detención del laureado Aung San Suu Kyi .
Por su labor ha recibido otros reconocimientos como Medalla al valor de la sección de Berlín de la liga internacional de derechos humanos. Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Yale , los EEUU.
Actualmente continua trabajando por la paz y es madre de cuatro hijos una mujer y tres varones y nos ha heredado la lucha por la paz y la concordia entre los pueblos, en una lucha que nos invita a respetar la diferencia de costumbres, raza e ideas considerando que lo importante es que todas y todos formamos parte de la humanidad
2004/EC/LR
