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Mala calidad del agua, demanda frecuente de las mujeres

Por Carolina Velázquez

El lema, «El agua es vida», de la Comisión Nacional del Agua de Jamaica, goza de amplia aceptación en aquel país, y con frecuencia se lee en las pancartas de manifestaciones de protesta sobre todo de zonas rurales, donde mujeres en su mayoría, señalan a su gobierno la mala calidad del servicio de agua.

La falta de agua potable y de condiciones higiénico-sanitarias adecuadas para miles de mujeres y hombres jamaicanos, constituye un asunto crucial con implicaciones para la salud, y el bienestar de toda la comunidad de esta nación caribeña, afectada con frecuencia por los huracanes en la región.

El tema y su implicación para las mujeres, se analiza en el documento «Adaptación al cambio climático con un enfoque de género en el Caribe: Estudio de caso sobre agua y sanidad en Jamaica», elaborado por Linnette Vassell para el Programa de Desarrollo para las Naciones Unidas (PNUD), y publicado en 2009.

En el texto se habla de cómo en Jamaica las condiciones de insalubridad, que conlleva a la ausencia o a una inadecuada implementación de las instalaciones sanitarias, generalmente quedan fuera de la vista pública, y se consideran una «cuestión personal» y cómo –debido a los roles de género– el peso del cuidado de la familia recae sobre las jamaiquinas.

A esta conclusión llega después de realizar un análisis con grupos focales y entrevistas a representantes de las comunidades de Somerset y Mile Gully, quienes participaron en el estudio sobre género y agua, y compartieron sus experiencias en el proyecto.

Igualmente, destaca una investigación documental vía Internet y una revisión de estudios locales sobre problemáticas de género, agua y sanidad, elaborados por el Ministerio de Agua y Vivienda de Jamaica que forma parte del Programa Rural del Agua.

Conocer cómo se lleva a cabo el suministro de agua y la sanidad, no es un tema menor, afirma la autora.

En su opinión, si se hace de manera adecuada «mejora las perspectivas de la mujer» en cuanto a salud, a nivel individual, en el rol que realiza en la crianza de hijas e hijos y el cuidado de población adulta mayor o enferma, pues reduce el peso de las responsabilidades domésticas, incrementa la disponibilidad de tiempo de las mujeres y amplia la posibilidad de su aprovechamiento en la búsqueda de oportunidades económicas y sociales, además de fomentar una mayor asistencia de niñas y niños a la escuela.

Este estudio de caso, con énfasis en el género y cambio climático en relación con el agua, se centra en su uso en el medio doméstico y en la producción agrícola, también analiza el impacto del cambio climático en el contexto de Jamaica y el Caribe.

El principal centro de atención va a las experiencias de huracanes en la región y al alto nivel de vulnerabilidad que enfrentan esos países como Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID).

Una realidad que fue tomada en cuenta por las y los delegados que participaron en la Comisión sobre Desarrollo Sostenible celebrada en 2009, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York.

De acuerdo con el informe, las delegaciones «destacaron que los efectos del cambio climático ya se han hecho sentir en toda la región, en particular en la sub-región caribeña», entre los temas que enfatizaron están: las vulnerabilidades de la zona en términos de inseguridad alimentaria, aumento de los precios de la energía y la elevación del nivel del mar.

El documento hace un llamado de atención con relación al nexo entre agua y sanidad como parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), mismos que deben cumplir los Estados en 2015 y que son:

Erradicar el hambre y la pobreza extrema; alcanzar la educación primaria universal; promover la igualdad de género y otorgar poder a la mujer; disminuir la mortalidad infantil; mejorar la salud materna; combatir el VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades notables; y asegurar la sostenibilidad medioambiental.

Los ODM «no se podrán lograr ni mantener a un nivel sustancial», si no se abordan las inequidades de género y se promueven y aseguran los derechos humanos de las mujeres. Y las posibilidades de cumplirlos «se ven seriamente socavadas en tanto apreciamos la situación actual y consideramos el futuro impacto de las diversas manifestaciones del cambio climático», concluye el texto.

10/CV/LR/LGL

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