Además de las mujeres y las personas adultas mayores, las niñas y los niños son otra población muy afectada por la violencia intrafamiliar en Cuba, sobre todo la ejercida por personas adultas que repiten modelos educativos tradicionales y represores.
Especialistas en la materia aseguran que el maltrato a niñas y niños en el seno familiar es un fenómeno poco reconocido, invisible, carente de estadísticas confiables, el cual que permanece oculto tras las puertas de los hogares cubanos, de acuerdo con el Servicio Especial de la Mujer (SEM).
Sin embargo, investigaciones aisladas realizadas en diferentes zonas del país revelan que el maltrato infantil en la familia puede ir desde la amenaza y agresión verbal, pasando por el abuso sexual y el golpe, hasta la lesión física grave y, en algunos casos, incluso la muerte.
El maltrato infantil son todas aquellas acciones que puedan lesionar física, psicológica, emocional o socialmente a niñas y niños, sea de forma intencionada, por omisión, o por cualquier actitud pasiva o negligente.
Aunque se desconoce el número de infantes que padecen algún tipo de maltrato, el asunto preocupa al personal médico y a especialistas de diversas disciplinas.
«Siempre, detrás de un acto de violencia hay alguna relación de poder», comentó al SEM Iliana Artiles, vicedirectora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) y autora principal del libro Violencia y sexualidad.
La especialista asegura que no hay conciencia del problema en el interior de la familia, «porque suele vincularse al modelo establecido por los padres para educar a sus hijos. Como aprendieron que así es como mejor se educa, entonces hay personas que recurren al castigo o que apelan al golpe.»
Expresiones como «la letra con sangre entra», «los golpes enseñan» o «más vale una nalgada a tiempo», han pasado de una generación a otra y siguen acompañando, hoy día, al método educativo de una generación a otra.
«Pero los golpes sólo enseñan a golpear», reitera Artiles. «La violencia se aprende y, de hecho, todas las personas que aprendieron con el golpe, si bien aprendieron, recibieron de sus personas más queridas algo que no les gustó recibir».
En el marco de la campaña internacional 16 Días de Activismo contra la Violencia hacia las Mujeres, cabe recordar que el maltrato de niñas y niños constituye una forma importante de violencia en el mundo.
Algunos estudios cubanos han arrojado la existencia de un alto grado de maltrato oculto que se pone de manifiesto en grupos de población sana e incide en su desarrollo escolar.
Un sondeo realizado a 80 adolescentes en una escuela del municipio capitalino de Playa mostró que 88.7 por ciento había conocido de alguna manera el abuso físico y que el cien por ciento de jóvenes con bajos rendimientos escolares habían sido víctimas del maltrato infantil.
Otra investigación ejecutada en igual fecha con todos los niños y niñas de 8 a 10 años en un área de salud de Santiago de Cuba, a más de 850 kilómetros al este de la capital, confirmó la existencia del fenómeno puertas adentro del hogar. El 56.3 por ciento de los infantes entrevistados dijo haber sufrido, en primer lugar, maltratos físicos, seguidos del abuso emocional (55.7 por ciento) y la negligencia (16.3 por ciento).
Entre los «métodos educativos» más utilizados prevalecieron los golpes y regaños, además de insultos y castigos. Sólo el 13.8 por ciento de las y los de edad dijo haber recibido acciones persuasivas, aunque muchas veces éstas estuvieron precedidas por el maltrato, al estilo de «golpear primero y conversar después», indica el informe científico difundido por una revista de medicina.
Según las y los infantes, quienes más los maltrataban -pegaban, zarandeaban o tiraban objetos- eran las madres, aunque padres y tutores también se incluían en esa lista. Ellas resultaron ser las que generalmente gritan, descalifican, insultan y amenazan, aunque otros familiares igual pueden hacerlo, agrega el estudio.
05/YT
