Las mujeres indígenas viven maltrato en todos los ámbitos de su vida: en el hogar, en las comunidades con creciente militarización y narcotráfico y, como siempre, en los servicios de salud, denunciaron hoy indígenas de una decena de etnias en siete estados.
«Se han reportado situaciones muy graves de violación a los derechos de las mujeres y situaciones de discriminación y maltrato», aseguró Paloma Bonfil, funcionaria de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas , organizadora del Tercer Encuentro de Casas de Salud de las Mujeres Indígenas.
Las seis Casas de Salud, proyecto impulsado desde hace un año por la comisión junto con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través de la Secretaría de Salud (SS), son una liga entre la salud y la violencia de género en las comunidades, abundó la directora de organización y capacitación social.
Mientras que Beatriz Terrazas, coordinadora del Proyecto Casas de Salud que hoy están en Chihuahua, Oaxaca, Puebla, Guerrero y Veracruz, calificó como «un avance que se haya dejado de mirar la violencia hacia las mujeres indígenas como algo natural.»
Ambas funcionarias lamentaron que se carezca de indicadores sobre violencia hacia las indígenas en el país: aún «no tenemos información clara», dijo Bonfil, en tanto que Beatriz Terrazas anunció que al cumplir un año el proyecto tendrán datos sobre este problema.
«La violencia no es parte de la costumbre» concordaron las indígenas durante la presentación de Susana Mejía, quien refirió 20 años de historia contra éstas prácticas en Cuetzalán, Puebla.
Anotó que hay que remarcar que se trata de problemas de violencia de género y no familiar, pues se produce por causa de las relaciones de poder entre mujeres y hombres, además de que también se denuncia en el ámbito público, como en el caso de las violaciones sexuales.
En el sector salud, las funcionarias encontraron que los médicos se negaban a inmiscuirse en lo que consideraban la esfera privada, y aunque las enfermeras eran sensibles, las curanderas tradicionales eran quienes ayudaban a las mujeres a sanar física y psicológicamente, así como a presentar las denuncias correspondientes.
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