Inicio Manzanero: el abusador oculto por el velo de la fama

Manzanero: el abusador oculto por el velo de la fama

Por la Redacción

Una falsa acusación por robo -que tiene como fin la firma de un divorcio ventajoso- constituye la última de una serie de acciones ejercidas por el cantautor yucateco Armando Manzanero contra su esposa, la señora Olga Leticia Aradillas, quien recientemente denunció los constantes abusos a los que fue sometida por su marido durante el matrimonio.

De acuerdo con un texto de la Unidad de Atención Psicológica, Sexológica y Educativa para el Crecimiento Personal de Yucatán, el pasado viernes la señora Aradillas fue detenida por una orden de aprehensión derivada de un expediente en que se le acusa de robo y del que no fue notificada. Durante la diligencia llevada cabo el sábado, los abogados de la señora Aradillas -quien podría permanecer encarcelada más de una semana mientras se lleva a cabo el desahogo de pruebas- pidieron se amplíe el plazo constitucional para que se dicte el auto de formal prisión.

Olga Aradillas acudió a la Unidad de Atención Psicológica, Sexológica y Educativa para el Crecimiento Personal en busca de ayuda. En un documento enviado a la directora de la organización, Sandra Noemí Peniche Quintal, da cuenta de los abusos y agravios que recibió mientras convivió en pareja con Armando Manzanero, quien según ella la sometió a «vejaciones, agresiones físicas, verbales e inclusive psicológicas».

ROMANCE Y MATRIMONIO

Olga Leticia Aradillas contrajo matrimonio con Armando Manzanero el 21 de enero del 2000, cuando el aún tenía «un trato cordial, caballeroso, gentil, atento, cariñoso». Pero, de acuerdo con su texto, él no tardaría en cambiar. Tan pronto se casaron, Manzanero le pidió que dejara de trabajar, argumentando que «como esposa de un artista de talla internacional que es, yo tenía el deber y la obligación de atenderlo y de acompañarlo en todos sus compromisos y giras de trabajo».

A esto le siguieron conductas cada vez más agresivas: «el señor Armando Manzanero Canché empezó a tener por costumbre gritarme por cualquier motivo, llegando incluso hasta a golpearme». Y abunda Aradillas: «ya en la intimidad y lejos de ojos extraños y testigos, cada vez con más frecuencia su conducta se volvía grosera, majadera y prepotente».

Las cosas llegaron al extremo en agosto de 2004 cuando, en medio de una discusión, Manzanero «después de insultarme como lo había hecho tantas veces ya, me arrancó la ropa y comenzó a golpearme». Finalmente, «furioso y completamente fuera de sí, el señor Manzanero me sacó de la casa, dándoles instrucciones en ese momento a sus empleados de que por ningún motivo me permitieran poner un pie nuevamente en dicho predio».

LA DISPUTA

Tras estos hechos, la señora Olga Aradillas realizó una denuncia por amenazas contra Armando Manzanero y su hija Marta, tal como consta en la averiguación previa número 1541/35/2004. No obstante -de acuerdo con Aradillas- las autoridades manipularon el expediente, de tal forma que «sin dar oportunidad a la aportación de nuevas pruebas por parte de la suscrita y sin mediar investigación alguna», se declaró el no ejercicio de la acción penal.

Asimismo, los dos únicos testigos de la señora Aradillas -quienes trabajan al servicio del compositor desde hace largos años- no se presentaron ante el Ministerio Público; sin embargo, se les hizo firmar una «falsa declaración» mediante presunta intimidación, de acuerdo con la denuncia de la mujer, quien en virtud de que ya no trabaja solicitó posteriormente pensión alimenticia, misma que fue fijada por una juez de lo familiar en 40 mil pesos mensuales.

En respuesta, el pasado 15 de abril, los abogados de Manzanero solicitaron el divorcio por abandono de hogar y malos tratos; esta última causa, en cambio, de nada le valió a Olga Aradillas, quien además hubo de enfrentar una disminución de la pensión que Manzanero debía darle aun cuando ella dejó de trabajar al casarse con él.

Así -de acuerdo con el documento de la señora Aradillas- con base en la demanda de divorcio del compositor «el Juez Tercero, sin fundamento legal alguno, determinó que había la presunción de que la suscrita desempeña un trabajo remunerado, y que por lo tanto no necesito pensión, siendo que de todas maneras, supuestamente a fin respetar mis derechos, disminuyó la suma inicialmente decretada por la Juez Primero de lo familiar» a 15 mil pesos mensuales.

Hoy, Armando Manzanero ha vuelto a la carga contra su mujer mediante la acusación de robo con la cual pretende mantenerla en la cárcel.

05/YT

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