Con la marcha de las minifaldas iniciaron aquí la serie de manifestaciones contra el modelo neoliberal. Así, mujeres de México, de otros países y otros continentes, la mayoría feministas, rechazaron el conservadurismo y el fundamentalismo del mercado.
Con atrevidas minifaldas y pantalones cortos, las activistas tomaron las calles «contra la intolerancia patriarcal que pretende controlar nuestros cuerpos y nuestras vidas».
Sin duda, fue una inusual manera de manifestarse, la cual provocó la crítica de las propias mujeres regiomontanas que escandalizadas miraron pasar por la calle Zuazua que conduce el Palacio de Gobierno, a las mujeres, quienes durante los tres días anteriores participaron en el Foro Global: Financiación para el Derecho al Desarrollo Sustentable con Equidad.
En una divertida marcha, animada por las maracas que acomaparon sus múltiples consignas: «si las mujeres no están la democracia no va», «no más mercado, sólo desarrollo».
Desfilaron frente a catedral, vendrían nuevas consignas y bailes: «aborto libre para no morir, anticonceptivos para no abortar».
Ahí, estaba Pilar Sánchez transmitiendo el mensaje de Católicas por el Derecho a Decidir : «Sin una ética mundial no es posible un nuevo orden mundial. Como mujeres y hombres de fe, pugnamos por la construcción de un modelo económico y democrático con rostro humano».
Los policías de la segunda ciudad más importante de México, miraban pasar con entrecortadas risas burlonas a las mujeres a quienes vigilaban no cometieran «faltas a la moral» tal y como fue la consigna del subsecretario de Seguridad Pública, Raúl Maldonado.
Alegres, ellas continuaron su recorrido parando el tráfico y llamando la atención de camarógrafos y fotógrafos que dirigían sus lentes hacia las piernas descubiertas.
Las mujeres gritaban: «despacio, despacio llegamos a Palacio», «ni el PAN, ni el comercio detiene al movimiento», refiriéndose al gobernante Partido Acción Nacional (PAN). Pasado el mediodía arribaron a Palacio de Gobierno en cuya puertas permanecían reporteros en espera del canciller mexicano Jorge Castañeda.
Sin embargo, las mujeres llegaron primero, ellas a las que el gobierno de Fernando Canales Clariond «tuvo miedo» a decir de Laura Frade del Comité Organizador Mexican del Foro Global de la sociedad civil, pues el personal del edificio gubernamental puso un cerco que impidió su paso.
Las marchistas animosas reclamaron: «¿por qué no nos dejan entrar? Somos pacifistas.» Enseguida se escuchó la respuesta en el mismo tono festivo: «es por la minifalda» que repitieron una y otra vez.
Es conocida la postura del gobierno panista en el Estado de considerar como falta administrativa el uso de esta prenda dentro de las instituciones públicas.
Una vez más Frade calificó a Maldonado de intolerante, al enterarse por un reportero que el jefe policíaco filtró entre los medios de información que las mujeres querían marchar desnudas. «Brincos diera» -de gusto saltaría-dijo la feminista chihuahuense, tras observar que el subsecretario de Seguridad Pública desde hace unos meses siembra el miedo entre la población, ante la presencia de los grupos contrarios a las políticas neoliberales.
Frade hizo un llamado a las mujeres y hombres de Monterrey a no tener miedo ante las manifestaciones que continuarán durante toda la semana, «porque no se trata de generar violencia sino de denunciar la pobreza que ha provocado el fundamentalismo del mercado impulsado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial».
Las mujeres se retiraron pacíficamente, no sin antes echarse otra bailadita. Sin embargo, amenazaron con regresar….
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