Un contingente de activistas capitalinas, de otros estados e incluso de otros países, organizaron una marcha en esta capital para exigir que los gobiernos garanticen el derecho de las mujeres a transitar libremente y seguras por las urbes.
Con el lema «De día y de noche la ciudad también es nuestra», el contingente exigirá esta tarde que se creen condiciones para que las mujeres puedan caminar por las calles de la ciudad sin ser juzgadas por su vestimenta, la hora en que salen o el lugar que visitan.
Angélica Nadurille, directora de Colectiva Ciudad y Género, explicó que cuando existe un delito contra una mujer en vez de juzgar al delincuente se le juzga a ella al cuestionarla por su forma de vestir, si llevaba minifalda, con quién iba o si salió a un antro.
La caminata organizada por esta asociación civil y el Instituto de las Mujeres del Distrito Federal es parte de los trabajos del «Encuentro Internacional de Ciudades Seguras para las Mujeres», que inició ayer y concluyó esta tarde.
Debido a que habrá participación de mujeres de todo el país, la exigencia principal será recordar a las autoridades que las mujeres y sus familias no pueden dejar de salir a divertirse, pasear y a reunirse libremente en espacios públicos.
Sin embargo la manifestación servirá para que las participantes se comprometan a trabajar con las autoridades, para construir ciudades más seguras, con alumbrado público, taxis y transporte más seguro, calles pavimentadas y más policías.
A decir de Rebeca Maltos, directora de la organización civil Gente Diversa, que trabaja en Baja California, está comprobado que las ciudades no están hechas ni pensadas para las mujeres y de ahí la necesidad de hablar de este tema.
Señaló que en las urbes es fácil invisibilizar la violencia de género, y como ejemplo citó los «piropos» o frases que generalmente gritan los hombres a las mujeres en la calles, en muchas ocasiones ofensivas o desagradables para ellas.
Maltos dijo que un grito con frases vulgares e incluso con tintes sexuales es la primera forma de agresión, después le seguirán «manoseos» en el camión, luego acoso sexual, posteriormente golpes y quizás hasta un asesinato por razones de género.
«La violencia en la ciudad es un continuo que debemos prevenir, se puede pero hay que detenerla desde que empieza, desde el principio. La primera manera de detenerla es viendo, reconociendo que hay violencia contra las mujeres en las ciudades», afirmó.
El contingente marchará desde el Club de Periodistas, luego por la calle de Madero y terminará en el Zócalo capitalino, donde además de una verbena popular las mujeres reiterarán su pronunciamiento de seguridad en las ciudades.
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