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Margarita Ortega: a costa de la propia vida

Por Erika Cervantes

Muchas han sido las mujeres mexicanas que han apostado a un nuevo proyecto de nación, muchas de ellas han empeñado sus esfuerzos por la libertad: Margarita Ortega fue una de ellas, al participar en la revuelta armada de 1910 para liberar a México del yugo de la dictadura de Porfirio Díaz.

Integrante del Partido Liberal Mexicano desde 1910, Margarita Ortega fungió como propagandista, enfermera, como «correo» y también como combatiente en el campo de batalla, con la clara idea que contribuía a crear nuevas condiciones de vida para la población mexicana.

En 1911 Margarita trabajó como el lazo de unión entre el Partido Liberal de Baja California. Allí se encargó de proveer y trasportar armas, parque y dinamita al campo de batalla para apoyar al movimiento revolucionario. Margarita, además, alimentaba y cuidaba a los heridos en el campo de batalla.

Ella nació en el seno de una familia rica a fines del siglo XIX en un lugar indeterminado de Baja California y aunque la fortuna de su familia le hubiera bastado para pasar el resto de su existencia sin preocuparse, Margarita Ortega decidió que ella no podía disfrutar de su fortuna mientras miles de personas no tuvieran ni para comer.

Esta idea la lleva a unirse al Partido Liberal Mexicano al lado de los hermanos Magón. Su oposición a Porfirio Díaz le costó el repudio de su familia y el circulo social que frecuentaba. Abandonó a su marido y junto a su hija Rosaura continuó su labor a favor del partido.

Sus ideales y su batalla le costaron también días de exilio en los Estados Unidos al triunfo del maderismo, bajo la amenaza de que serían pasadas por las armas si regresaban. Eventualmente, regresó via Phoenix, Arizona, –cerca de la frontera con Sonora– donde adoptó el nombre de María Valdés para evitar la atención policíaca.

Su hija muere en territorio estadounidense y por orden de Ricardo Flores Magón Margarita reingresa al territorio mexicano para trabajar en el norteño estado de Sonora al lado de Natividad Cortés, donde las fuerzas de Victoriano Huerta la detienen y la torturan para que denuncie a sus compañeros.

Margarita Ortega muere el 24 de noviembre de 1913 a manos de las fuerzas huertistas al negarse a dar información sobre la causa, pero hereda a las mujeres mexicanas el ejemplo de luchar por sus ideales aun a costa de la propia vida.

2003/EC/MR

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