A pesar de que no era feminista, la «Doña» ejemplificó el deseo de autonomía y empoderamiento de la población femenina, banderas que hoy enarbolan las activistas por los derechos de las mujeres en todo el mundo.
En eso coincidieron Pilar Muriedas, directora de Salud Integral para la Mujer (Sipam), y Claudia Cruz, secretaria técnica de la Red por la Salud Reproductiva, quienes recordaron que la actriz –fallecida el pasado lunes– tuvo un acercamiento con el movimiento de mujeres en México, cuando a mediados de los años 90 firmó un desplegado conjunto para exigir la libertad de Claudia Rodríguez, una mujer que fue encarcelada por asesinar al hombre que la violó.
A decir de Pilar Muriedas, el apoyo de María Félix fue importante para que la voz de la sociedad civil fuera escuchada, y Claudia Rodríguez saliera de prisión. «La Doña era una mujer empoderada, que defendía a capa y espada su autonomía, y externaba sus opiniones sin importar el qué dirán.»
La directora de Sipam consideró que «María Bonita» no sería un ejemplo para el movimiento feminista, pero reconoció que en su época la diva se atrevió a defender en público derechos que ahora las feministas reivindican, como el deseo de independencia frente a los hombres.
En tanto, Claudia Cruz destacó que María Félix tuvo la osadía de hacer declaraciones impensables para su época, como cuando aseguró que era contraria a la maternidad porque le restaba tiempo para su carrera de actriz.
Asimismo, Cruz apuntó que muchos de los papeles que interpretó la sonorense en películas como «La Cucaracha» y «Juana Gallo», reflejaban la función social y de toma de decisiones de muchas mujeres en periodos históricos como la Revolución Mexicana, aunque en otras producciones también representó a la mujer abnegada.
No obstante, María Félix nunca asumió una postura clara para denunciar las desigualdades e inequidades entre hombres y mujeres, que se presentaban en mayor grado tanto en la sociedad como en el medio artístico en los que ella se desenvolvía, aclaró.
«Pese a que defendía con energía sus derechos, la actriz fue una mujer bastante egoísta, autoritaria, clasista e individualista, por lo que pienso que de ninguna manera sería ejemplo para el movimiento feminista en México.»
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