Nacida en San Carlos Tamaulipas en 1822, hija de Don Cristóbal de Zozaya y Doña Gertrudris Valdez, María Josefa Zozaya vivió los primeros 23 años de su vida en Tamaulipas para luego trasladarse con su familia a la ciudad de Monterrey donde presencio el sitio de ésta ciudad por parte de las tropas del general Zacarías Taylor en septiembre de 1846.
Ahí se enfrentan las tropas del general Requena y las norteamericanas y cuando están a punto de claudicar los soldados apostados en la azotea de la mansión de don Manuel de la Garza , son visitados por María Josefa que les alienta, a no dejarse vencer y no sólo los acompaña con palabras de ánimo, sino reparte entre ellos parque y alimentos, para resistir el sitio que habría de durar tres días de intensas batallas.
Esta hazaña que pareciera mínima es relatada por tres historiadores entre los que se cuentan Guillermo Prieto, don José María Bárcenas y David Alberto Cossío, que relatan que viendo desmayar el ánimo de los soldados que combatían las tropas invasoras, esta hermosa mujer de 24 años corre a socorrerles y a repartir municiones con tal que resistan en sus puestos de batalla y de no dejarse vencer por el enemigo.
María Josefa Zozaya no sólo apoyó a las tropas con su ejemplo de valentía, tras la batalla y bajo la amenaza de parte del ejercito Norteamericano de destruir por completo la ciudad de Monterrey se apresta a servir de parlamentaria, logrando que les concedieran salir de la ciudad a las tropas mexicanas al mando del general Ampundia hacia la ciudad de Saltillo en dónde reorganizarían las fuerzas armadas para recuperar la cuidad.
Un año más tarde en 1847 contrae matrimonio con don Manuel de la Garza Flores y la muerte de éste dos años más tarde desposa al que era su cuñado don Juan Manuel de la Garza y Flores. De ambos enlaces procreo seis descendientes: Juana, Trinidad, Adela, Lucas, María y Juan Martín. Sólo Juana se casó y procreo una niña llamada Elena con don Manuel Doria.
Elena Doria Garza se encargo de recabar abundante material en relación con su abuela María Josefa Zozaya, la inigualable patriota del 23 de septiembre de 1846. María Josefa murió en 1860 a los 38 años de vida y sus restos descansan en la heroica ciudad de Matamoros, Tamps.
El único reconocimiento a su valor es una placa que en 1927 el Ayuntamiento de Monterrey encabezado por Jesús Ma. Salinas, colocó en la fachada de la antigua casa de los Garza Flores, hoy Hotel Continental donde se lee» Aquí vivió la excelsa matrona doña Josefa Zozaya, que se distinguió en la épica jornada del sitio de Monterrey en 1846. Homenaje de gratitud del Ayuntamiento de Monterrey 1928″.
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