A pesar del conocimiento de los métodos anticonceptivos y el preservativo entre las y los jóvenes, aún desconocen cómo se usan, mientras que la responsabilidad de «cuidarse» sigue recayendo en la mujer.
Durante el segundo día de actividades del Cuarto Seminario de Anticoncepción para Medios de Comunicación para América Latina convocado por el Centro Latinoamericano Salud y Mujer (CELSAM) y Dicovery Health y que concluyó el pasado fin de semana, 340 alumnas y alumnos de secundaria y preparatoria de siete escuelas particulares participaron en un diálogo abierto con médicos y periodistas en donde expresaron sus dudas, inquietudes y contradicciones sobre sexualidad y reproducción.
Las y los jóvenes coincidieron en que hoy el inicio de la vida sexual es a edades más tempranas, incluso desde los 12 ó 13 años tanto en hombres como en mujeres, guiados por un sentimiento amoroso, aunque también en la mayor parte de los casos por curiosidad o presión de los amigos.
Consideraron que actualmente el bombardeo informativo, sobretodo en televisión y radio, influye para despertar en ellos su curiosidad, «ganas de sentir» y «conocer».
Para las jóvenes la virginidad continúa siendo una gran «carga», pues por un lado se les inculca desde pequeñas «el gran valor que ésta tiene» y por lo tanto se tiene que llegar al matrimonio virgen, pero por otro lado en su entorno social sus amigas ya han iniciado su vida sexual.
Algunas jóvenes expresaron su preocupación de no ser aceptadas ni valoradas por el hombre para el matrimonio si ya ha perdido la virginidad.
Entre los jóvenes todavía predomina el machismo, pues la mayoría de ellos coincidieron en que no aceptarían como esposa a una mujer que ha tenido varias parejas sexuales.
Aunque en teoría tanto las como los jóvenes señalaron que los dos deben ser responsables de usar algún método anticonceptivo, ellos descartaron que sea la mujer la que lleve algún preservativo en su bolsa y más aun de que participen en su colocación.
Para las jóvenes se dificulta la negociación del condón por temor y vergüenza a que las califiquen de «busconas», y coincidieron en su mayoría en que son ellas las que buscan información sobre los métodos anticonceptivos.
Entre las y los estudiantes continúa prevaleciendo la idea de la «inmunidad». Los jóvenes creen que no les pasará nada y por otra parte aunque conocen los métodos por sus nombres desconocen cómo funcionan. Un joven estudiante de 12 años pregunta: «¿Cómo un adolescente de 12 años le va a preguntar a su maestro cómo se pone el condón?, ¡Eso es de locos!», lo que provocó una carcajada entre los asistentes.
Contradictoriamente las y los jóvenes piensan en la prevención de embarazos no deseados y de infecciones de transmisión sexual (ITS), pero muchos continúan sin usar el preservativo pues argumentaron «que no se siente lo mismo» o «les gana la pasión» y no saben enfrentar las emociones.
Finalmente las y los jóvenes dijeron que no quieren ser regañados, excluidos ni tratados como niños, «lo que necesitamos es información y respeto a nuestras ideas, formas de pensar y de vivir nuestra sexualidad, queremos más programas de radio o televisión dirigidos por y para jóvenes pero asesorados por especialistas».
Según datos de CELSAM más del 10 por ciento de todos los nacimientos anuales se dan entre mujeres entre los 15 y 19 años de edad, y debido a la falta de maduración del organismo el riesgo de mortalidad es de dos a cuatro veces más alto en adolescentes que en mujeres mayores de 20 años. En tanto el riesgo de morir de los recién nacidos es 30 veces mayor cuando se trata de madres adolescentes.
En la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, entre el 15 y 25 por ciento de los nacimientos son de madres adolescentes, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), mientras que el 21 y el 30 por ciento de los embarazos en México, Colombia, Brasil, República Dominicana, Chile y Perú terminan en aborto, de acuerdo a información del Allan Guttmacher Institute.
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