Inicio Matrimonio o divorcio, acuerdos legales para una convivencia sana

Matrimonio o divorcio, acuerdos legales para una convivencia sana

Por Sonia del Valle

La única forma en que las personas pueden entenderse es a través de acuerdos racionales, leyes y reglamentos, que tienden a que la convivencia entre las personas sea lo más sana y pacífica posible.

Lo anterior fue señalado por la abogada feminista Julia Pérez, directora de Themis Asesoría Jurídica, al conocer el llamado del Papa Juan Pablo II a las y los abogados para que utilicen la objeción de conciencia en casos de divorcio, es decir, se nieguen a participar en éstos.

Julia Pérez señaló que las cuestiones divinas, finalmente creencias intangibles y al mismo tiempo improbables, de ninguna manera posibilitan que las personas puedan llegar a acuerdos lógicos para normar su convivencia.

Adicionalmente, el Papa Juan Pablo II no puede pedirle a las personas que no profesan su religión y creencias que se nieguen a participar en juicios de divorcios, destacó.

Si bien esta petición puede ser acatada por aquellas personas que profesen la religión católica, agregó la abogada, en un Estado laico de derecho, como el mexicano, cuyo sistema legal protege los derechos humanos, los asuntos «divinos» no tienen «nada que decir y nada que proponer».

Al ser cuestionada sobre las razones por las que las personas optan por divorciarse, Pérez explicó que lo primero a comprender es que el matrimonio supone un acuerdo de convivencia, que termina justo porque las leyes les dan el derecho de establecer un nuevo acuerdo. En nuestro país la primera ley del divorcio fue aprobada el 29 de diciembre de 1914.

Las personas, abundó, optan por resolver sus diferencias a través de las leyes que les permiten establecer un nuevo acuerdo y seguir conviviendo entre sí. «Este acuerdo no puede ser impuesto a partir de las creencias religiosas», acotó.

Dijo que pueden ser muchas las razones por las que las personas se divorcian, ya sea por diferencias entre la pareja, porque la promesa de amor que se hicieron se rompió, al igual que por razones económicas o por la violencia intrafamiliar. Violencia que afecta a uno de cada cuatro hogares mexicanos según destacan diversos estudios internacionales.

Cabe resaltar que de acuerdo con las Estadísticas Vitales del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) de 1999, sólo un 2.2 por ciento de las personas se casan por la iglesia, 33 por ciento lo hace por las leyes civiles y religiosas, mientras que los demás se unen.

Para la abogada, con una amplia experiencia en litigios del orden civil, las personas que optan por divorciarse son aquellas que cuentan con un mayor grado de escolaridad, es decir tienen mayor información y opciones que les permiten tomar la decisión de separarse.

Abundó en el hecho de que el promedio de convivencia entre las personas casadas, ya sea por lo civil, la religión, o ambos, dura entre cinco y nueve años, toda vez que sólo 44 por ciento de los matrimonios tiene una duración de más de 10 años.

       
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