Las medidas de seguridad y contraterroristas afectan doblemente a las mujeres: no sólo violan sus derechos humanos, sino que además las consideran posibles atacantes suicidas, informó Martin Scheinin, relator de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Las medidas contraterroristas afectan de manera desproporcionada a mujeres y personas transgénero, a refugiadas y refugiados, inmigrantes y solicitantes de asilo, afirmó el relator de la ONU.
Martin Scheinin destacó que las mujeres son blanco frecuente del endurecimiento de los controles de inmigración y de la negativa de asilo bajo el argumento de que han dado apoyo material al terrorismo.
Incluso en situaciones en las que los terroristas han forzado a las mujeres a proveerles abrigo, alimentos o favores sexuales a punta de pistola. Después, cuando logran huir y buscar refugio en otro país, de repente se encuentran con la acusación de haber proporcionado apoyo material a terroristas», explicó Scheinin.
Otro problema, agregó, es la caracterización sesgada del terrorista, de la cual las mujeres son doblemente víctimas.
«Primero, porque las organizaciones terroristas, para evitar el estereotipo de las autoridades, pueden forzar a las mujeres a ser parte de una nueva camada de atacantes suicidas», señaló el experto.
En segundo lugar, agregó, «porque cuando los Estados se dan cuenta de esto, empiezan a sospechar de las mujeres o de grupos femeninos específicos, como las embarazadas, y a verlas como posibles atacantes suicidas».
09/LB/YT