Nueva York, EU, 25 febrero 09 (CIMAC)- El caso ocurrió en Veracruz, México, en la costa del Golfo: una mujer mexicana mató con un cuchillo a dos de sus hijos, hirió de gravedad a un tercero y luego intentó suicidarse en su domicilio, según fuentes oficiales, informó el periódico neoyorquino hispano La Prensa.
La desesperación, el sufrimiento, maltratos y golpes en un contexto de pobreza y hambre es evidente. ¿Cómo calmar esa desesperación, los llantos y el sufrimiento que provocan el hambre, si no hay comida ni dinero?
¡Qué desesperación!… Un «Dios mío» sale a boca de jarro desde las entrañas. Pobre México, sobre todo, porque este fatal acontecimiento es consecuencia de la desgracia que vive ese país con su ilegítimogobierno panista.
De acuerdo con el parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), la madre, cuya identidad no fue revelada, tiene 35 años de edad. Cometió el crimen en un acto de desesperación por su situación económica y personal.
Al parecer, la mujer recostó a sus tres hijos en su cama y les cortó el cuello para posteriormente intentar degollarse. Pocos minutos después llegó a la vivienda el esposo y padre de los niños, Álvaro Aburto Cruz, quien trató de salvarles la vida a los cuatro, pero solo pudo evitar la muerte de su hija Naciel, de dos años, y de su pareja.
Naomi y Bruno, de 5 y 4 años, respectivamente, perecieron en el lugar, confirmó la Fiscalía local.
GOLPES Y ALCOHOL
La madre, quien presenta un estado de salud estable, estuvo consciente y se mostró precisa en el momento de rendir declaración ante las autoridades, señalan los reportes. Argumentó que su esposo bebía, la golpeaba con frecuencia y no le daba dinero para la manutención de los menores de edad.
El hecho parece confirmar lo dicho en Europa por expertos: la crisis económica a quienes más afecta es a la niñez y a la juventud.
Pero también a las mujeres. La recesión, el desempleo, pérdida de casa, falta de dinero para pagar las cuentas y, lo más desesperante, falta de dinero para comprar comida, son problemas que recaen justamente sobre las mujeres. Las y los hijos, es cierto, sufren, pero no entienden como respuesta «no hay dinero» y lloran de hambre.
Y ante ello, las madres pobres, ¿qué hacen?, ¿a quién acuden?
Y el gobierno… ¿qué hace?
Otra cara de la crisis en México es la denuncia que un grupo de derechos humanos del sur de México hizo el lunes pasado porque dos activistas indígenas que habían sido reportados como desaparecidos a mediados del mes fueron hallados asesinados.
El Centro de Derechos Humanos Tlachinollan informó en un comunicado que los cuerpos de los activistas Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas, presidente y secretario de la Organización para el Futuro del Pueblo Mixteco, fueron localizados con visibles huellas de tortura y en avanzado estado de descomposición». Hoy, ese crimen deja a sus viudas, hijas e hijos en el total desamparo.
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