Viven y se proyectan como cualquier pareja, pero en materia legal están en la indefensión. Para las personas que mantienen una relación de pareja con alguien del mismo sexo, regular patrimonio y adoptar hijos son materias prohibidas.
«Yo vivo mi sexualidad sin apellido y políticamente me declaro lesbiana para defender ciertos principios», aclara Kena Lorenzini, psicóloga, fotógrafa e integrante de la revista Rompiendo el Silencio.
Lorenzini asegura que su camino no ha sido sencillo: «A los 28 años tuve mi primera experiencia sexual con una mujer y en ese entonces no me asumí como lesbiana, porque eso era ser desviada, enferma. Entonces yo omitía el concepto, decía: me enamoré de una mujer. Un eufemismo que me protegía. Ahora, a mis 46 años, ser lesbiana, y por ende, distinta, me da lo mismo».
Desde este cambio de mentalidad, Lorenzini analiza la legalización sobre las parejas del mismo sexo: «Lo central es un tema de igualdad ante ley, algo que en nuestro país no se cumple», agrega.
En su opinión, «los anormales tenemos las mismas obligaciones que el resto de los ciudadanos para pagar impuestos o para producir, pero no tenemos los mismos derechos que la población heterosexual para, por ejemplo, ser familia, y eso no puede ser, si alguien quiere casarse, por qué no. Por qué si es una chilena común y homosexual, no puede».
Lo central, según Lorenzini, es asegurar la igualdad más allá de que se hable de matrimonio o regularización de parejas de hecho. La base es que no existan diferencias con la población heterosexual.
«Sólo queremos igualdad. Tener los mismos derechos. Yo no quiero casarme, pero si existiera la ley, lo haría, porque soy persona y debo tener las mismas posibilidades que el resto. No puede ser que los llamados desviados no tengamos garantías».
Mientras espera una modificación legal, Kena Lorenzini pretende bendecir, en una ceremonia privada, su historia en común con su pareja. «Estaremos con nuestros amigos y familiares. No con todos, porque el padre de ella no sabe lo nuestro», acota.
«NO SOMOS CIUDADANOS AJENOS»
Beatriz Gimeno preside la Federación Estatal de España de Gays, Lesbianas y Transexuales. Filóloga, escritora, activista, madre de un hijo de 17 años, esta mujer asegura que la modificación a ley de Matrimonio Civil en su país es una conquista histórica.
«Cuando fue aprobada sentí felicidad, llevo más de 20 años luchando para conseguir esto. Además, el apoyo fue apabullante en el Congreso de los Diputados: todos los partidos a favor, excepto, claro, el PP (Partido Popular)».
Beatriz cree que la situación de España puede traspasar las fronteras y llegar hasta Latinoamérica. «Yo espero que influya para bien, que las asociaciones de gays y lesbianas de Latinoamérica cobren nuevas fuerzas y vean que es posible conseguir la igualdad. A nosotros hace unos años nos parecía imposible, pero la utopía es posible si se trabaja y se lucha con fuerza».
Desde su oficina en España, Beatriz también se da tiempo para comentar vía correo electrónico para SEM lo que sucede en Chile respeto a las minorías sexuales. Todavía la sorprende el fallo en que una lesbiana perdió la custodia de sus hijas. Gimeno está segura que no sólo a Chile, sino a la sociedad en su conjunto, le hace falta abrir los ojos y tener la conciencia de que las minorías sexuales también son un aporte cotidiano.
«Puede ser la doctora que te atiende y el señor que conduce el autobús en el que tus hij@s van al colegio. Somos los alcaldes, los diputados y la magistrada. Somos el obrero y la señora de la limpieza. Eso es lo que hay que mostrar a la sociedad, que somos parte de ella».
05/AG/GM
