Los sangrados prolongados con dolor en mujeres en edad reproductiva, se deben a la presencia de la miomatosis uterina, alteración que aunque es benigna puede poner en riesgo su vida por la gran cantidad de sangre que pierden.
Los miomas surgen por predisposición genética, por ejemplo si la padeció la madre o alguna otra mujer de la familia cercana, aunque en la mayoría de los casos también lo padecen quienes no han tenido embarazos, explicó el jefe de División de Ginecología del Hospital de Ginecobstetricia número 3 «La Raza» del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Javier Amescua Galindo.
Aunque el 70 por ciento de los casos de hemorragia es causado por miomatosis uterina, también pueden asociarse a la presencia de infecciones por clamidia (bacteria de transmisión sexual) o a la formación de pólipos cervicales (formaciones de tejido benignas), cuyo tratamiento puede ser farmacológico.
Sin embargo, si la enfermedad es ocasionada por miomas de diferentes tamaños que se forman en todas las capas del útero y el sangrado y el dolor son importantes, se tiene que recurrir a la cirugía para extirpar el útero.
El doctor Amescua refirió que un sangrado anormal se considera cuando se presenta cada 15 días o menos y todas las mujeres que lo padezcan deben acudir con el gineco obstetra para que reciban tratamiento adecuado y oportuno.
Precisó que existe otro tipo de sangrado que se presenta cuando la mujer empieza a tener sus ciclos menstruales, que se conoce como hemorragia disfuncional uterina y por lo regular se debe a la no ovulación.
Estos sangrados, que afectan a 20 de cada 100 adolescentes, son irregulares, indoloros y en cantidad variable (muy escasa o abundante), no hay alteraciones orgánicas, y en algunos casos se requiere prescribir hormonas, pero si se administran sin que sea necesario se corre el riesgo de que la paciente detenga su crecimiento; por ello deben evitarse al máximo.
Lo que sí es recomendable, resaltó el especialista del IMSS, es recetar hierro cuando la hemorragia es importante.
2004/HS/LR