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Movilizaciones masivas en España contra la invasión a Iraq

Por Rosa María Palencia

Hoy sábado 22 habrá movilizaciones por todo el país, a distintas horas, en pueblos y ciudades. Algunos colectivos están por ahí acampados o en veladas por la paz desde anoche. En fin, que la movida es masiva. Y eso que todavía no hemos visto los muertos por televisión.

El 15 de febrero fueron las primeras grandes manifestaciones contra la guerra en todo el mundo. Aquí en Barcelona y en Madrid fueron impresionantes, nunca había visto tanta gente en la calle. Ni cuando la transición democrática en que Barcelona tenía el record de millón y medio de gente en la calle, ni cuando ETA asesinó a aquel concejal del Partido Popular (PP) hace unos años.

El sábado 15 de marzo fueron las otras grandes manifestaciones. Aquí en Barcelona también fue impresionante, aunque menos gente, a pesar de que no paró de llover. Ese día, por miedo a que no hubiera tanta gente como hacía un mes, la Plataforma «Paremos la guerra» (Aturem la guerra) convocó a hacer una cadena humana desde el consulado americano hasta la sede del PP. Pues resultó que la cadena fue doble de tanta gente que había (sin parar de llover). Además hicimos unas letras grandes con gente que decía «GUERRA NO». Las mujeres feministas hicimos la «O» y resultó la letra más apretadita.

Desde el primer día de bombardeos, el jueves pasado, no han parado las movilizaciones. Lo interesante es que no es sólo en las grandes ciudades ni sólo lo que convoca la Plataforma, que se ha visto desbordada, sino que las manifestaciones, plantones, marchas, etc, se multiplican en pueblos y barrios. Incluso en ciudades de mayoría del PP.

Las mujeres de mi grupo (Mujeres por Mujeres – Dones X dones) llevan 10 años constituidas como grupo pacifista (en consonancia con las «Mujeres de Negro» que nacieron en los Balcanes, en Palestina, en Israel, etc., y que en todas estas guerras no han dejado de manifestarse, a veces a riesgo de su vida y han creado numerosas redes de solidaridad internacional con acciones concretas).

Bueno, pues estábamos acostumbradas a reunirnos espontáneamente en la Plaza de Sant Jaume a las 19 horas cada vez que ha explotado una guerra en estos últimos años (la primera guerra del golfo, Kosovo, el bombardeo sobre Belgrado, etc. Etc.) y siempre éramos un grupito de máximo 50 personas. Pues el jueves obviamente ni nos encontramos. La Plaza de Sant Jaume estaba colapsada. Tuvimos que desalojarla después de que la Plataforma leyese un manifiesto para dejar entrar a los estudiantes que se habían concentrado en la Plaza Universidad a las 18 horas y que llegaron en manifestación desde ahí.

El viernes todas las universidades e institutos hicieron huelga y los estudiantes hicieron asambleas y realizaron distintas marchas y manifestaciones por toda la ciudad. Aquí en Barcelona, los de mi universidad se vinieron andando por la carretera unos cuantos kilómetros (el Campus está a 10 de la ciudad). Los sindicatos convocaron una cadena humana que rodeó la delegación del gobierno. La cadena fue triple por tanta gente. Las universidades estarán en huelga (con clases alternativas sobre el conflicto y asambleas y movilizaciones) todos los días hasta el jueves próximo, por lo menos.

Ayer en la tarde, cuando volví de la facultad, me encontré con un plantón espontáneo en la esquina de mi casa. Eran como 80 personas con pancartas y veladoras gritando «No a la guerra». Me dijeron que eran vecinos del barrio y que se concentrarían todos los días a las 19 horas mientras dure la guerra. Cortamos el tráfico 5 minutos.

Desde que se han incorporado los jóvenes a las movilizaciones, las consignas han surgido como hongos y la mar de ocurrentes. Como «Los hijos del presidente, los primeros en el frente» o «Aznar y la Botella (su mujer), que se vayan a la guerra». Un compositor de Madrid ya hizo una canción contra la guerra que no tardará en popularizarse.

Hace dos días unas 100 personas en Madrid rodearon un restaurante en el que estaba una ex ministra del PP que tuvo que salir por la puerta de atrás. Desde hace 15 días, cada aparición pública de algún gobernante del PP, tipo conferencia, inauguración, etc. es respondida con abucheos. Hace unos días que no osan aparecer en más actos públicos.

El viernes las sedes del PP (50 sedes, según Aznar) en varios pueblos y ciudades fueron «atacadas» por manifestantes jóvenes. Los «ataques» más graves consistieron en algún vidrio roto por pedrada. La mayoría no pasó de huevos y tomates y botes de pintura. Lo más irrisorio fue que anoche Aznar calificaba de «vándalos y salvajes» que no podían ser pacifistas, a los agresores.

De hecho los ánimos están caldeados y los sindicatos temen que se desmadre alguna manifestación y temen la infiltración de policías provocadores como ya sucedió aquí en Barcelona hace dos años (suficientemente probado ante los jueces) cuando la manifestación antiglobalización.

Hoy vuelve a haber movilizaciones y manifestaciones en todo el país, a distintas horas, convocadas por sindicatos, pacifistas, estudiantes, algunas paralelas. La gente en la calle y en los bares y en los autobuses, sólo habla de la guerra y siempre en contra.

Está claro que este ambiente de movilización ha recibido grandísimos alicientes. El primer empujón fue por parte de los actores y actrices que en los premios Goya (equivalentes a los Ariel mexicanos o a los Oscares gringos), convirtieron el acto retransmitido por televisión, en una manifestación política contra el gobierno: por la posición de Aznar frente a la entonces inminente guerra, así como por el desastre del petrolero Prestige que dejó las costas cántabras hechas una mierda. Este gesto fue una gran ayuda al movimiento pacifista y prácticamente el inicio de la movilización.

Actores y actrices, tanto aquí en Barna, pero sobre todo en Madrid, no han dejado de movilizarse. En Madrid han encabezado las manifestaciones y ayer mismo llevaron más de dos millones de firmas ciudadanas contra la guerra al Congreso de los Diputados, no sin antes tener un rifirafe con la policía que les impedía el paso.

El otro gran aliciente es que toda la oposición, todos los partidos, todos, todos, están en contra de la posición del gobierno. Esto por supuesto anima a la población a expresarse con libertad, incluso algunos votantes del PP, aunque no los que viven de ello que están asustaditos. Esto ayuda también a que los ayuntamientos gobernados por los socialistas, pongan todas las facilidades para las movilizaciones. Pero en contra de lo que opina el gobierno, de que la gente está «manipulada» por el PSOE, estoy convencida de que no se movilizaría si no lo tuviera claro.

Y obviamente, esto también permite que los medios de comunicación cercanos a la oposición, como todos los del grupo PRISA (El País, la cadena Ser, Canal Plus), como los del grupo Zeta (El Periódico, etc.) informan encantados de todo esto. Por su parte, 350 trabajadores de Radio Televisión Española (la estatal) hace unos 10 días firmaron un manifiesto denunciando las presiones y censura de las que están siendo objeto.

El contraste de los informativos televisivos entre las distintas cadenas es descarado. Canal Plus que es CNN pero cercana al PSOE en su versión autóctona, Tele 5, también cercana al PSOE y las autonómicas, dependiendo de quien esté en el poder, pero aquí en Catalunya su trabajo es impecable, contrasta enormemente con la información global que sirven TVE (estatal) y Antena 3 (cercana al PP).

En la prensa en cambio, salvo La Razón y ABC (que es la derecha más recalcitrante), hay bastante unanimidad contra la guerra (incluido el diario El Mundo, hasta hoy casi vocero del PP).

Es obvio que de tanta gente movilizada, algunos están más por cansancio de la política global del PP que por un convencimiento pacifista. Pero no quiero tampoco restar méritos al trabajo de los pacifistas a nivel internacional y, sobre todo, a la posibilidad de comunicarnos a través de Internet que, entre otras cosas, permitió que esta semana se hiciese el primer paro laboral simultáneo de todos los sindicatos europeos en la historia, o las movilizaciones mundiales del 15 de febrero y del 15 de marzo.

Bueno, en conclusión, lo mejor de todo esto para España es la esperanza fundada de que el PP no repita en el gobierno o, por lo menos, no con mayoría absoluta, si conseguimos combatir la tradicional amnesia de las masas.

Lo otro bueno y principal, aunque a largo plazo, es el reenganche de mucha gente, sobre todo los jóvenes por primera vez, a la participación política.

RMP/RGR

       
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