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Muéstrame como respiras y te diré cómo vives

Por Carolina Velásquez

Como explicamos la semana pasada, la zona del pecho es la parte del «yo soy» donde se almacenan nuestros sentimientos más internos que luego se expresarán a través de nuestras relaciones, bajando por la pelvis y las piernas o subiendo por los brazos y la voz. Los órganos que se encuentran aquí -corazón y pulmones-, reflejan un aspecto de esta energía.

Lo primero que hacemos al nacer es respirar. Es desde los pulmones que nos conectamos a la vida. Pero, ¿Cómo respiramos? ¿Lo hacemos de una manera superficial o profunda? ¿De qué forma nos relacionamos con el mundo desde este órgano vital?

La función primordial de los pulmones es regular y procesar la inhalación y exhalación del aire que da vida (fuerza vital), señala Ken Dychtwald (Cuerpo-mente, 1983)

«Los pulmones se extienden hacia fuera en todas direcciones cuando el aire es atraído a ellos con ayuda del diafragma, estirando todos los músculos de la cavidad torácica y el vientre».

Sin embargo, no siempre aprovechamos todo nuestro potencial respiratorio. Tomamos sólo una parte de él. Respiramos sin que el aire llene los pulmones plenamente -al dilatarse y contraerse-, interrumpiendo la posibilidad de un nuevo despertar de nuestra energía y entusiasmo por la vida, protegiéndonos así del enfrentamiento con la realidad.

Otra es la experiencia con una respiración profunda. Nos pone en contacto con nosotros/as mismos/as y la forma como estamos en la Tierra, preparándonos para superar el miedo y estar en armonía.

En la filosofía china, es en los pulmones donde se encuentran dos sentimientos fundamentales: La tristeza y la valentía. Ambas necesarios y sanos en equilibrio. La tristeza nos permite estar en contacto con nuestro interior y procesar los duelos, la valentía enfrentar la vida. La manera como se dilatan y contraen los pulmones hablará de nuestra capacidad para participar y compartir la vida o bien de nuestro aislamiento y alejamiento de ella.

Algunos síntomas pueden hablar de quién eres desde los pulmones, tu dar y recibir al respirar. Toser puede indicar que algo queremos eliminar del pecho o que hay palabras (comunicación) que están bloqueadas. Padecer asma quizá sea una manifestación del temor e incapacidad de abrirnos a la vida independiente.

Ahora, sentado/a en un lugar cómodo, cierra los ojos, focaliza tu atención en la respiración sin modificarla. Observa cómo entra el aire, hasta qué parte de tu cuerpo y desde donde sale. Al inhalar, ¿Respiras desde el pecho o desde el vientre? ¿Qué es más agradable inhalar o exhalar? ¿Has tenido problemas de salud en esta región? Repite el ejercicio varias veces. Si algo llama tu atención quédate ahí un momento. ¿Qué descubriste de ti?

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2004/CV/GV

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