Dos terceras partes de las 685 personas que cuidan a quienes padecen el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (sida) en Zimbabwe son mujeres, de acuerdo con un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La investigación «Repercusión del sida en las personas de edad en África» da cuenta de las penurias por las que las atraviesan quienes se quedan a cargo de sus hijos adultos infectados por vih/sida o de sus nietos que han quedado en la orfandad.
El estudio revela que la mayor parte de estas personas se quedan a cargo de sus familiares bajo condiciones de extrema pobreza y sin reconocimiento alguno, y muy a menudo con algún padecimiento de salud.
También detectó que quienes se quedan a cargo de las personas enfermas, dejan de recibir ayuda económica o aportaciones de sus familiares, lo que hace más difícil los cuidados y el acceso a los productos y servicios de primera necesidad como alimentos, medicinas y atención médica.
La falta de servicios de atención es otro problema, pues al no tener dinero para transportarse quedan marginados de los servicios de salud.
Una de las conclusiones de este documento señala que aunado a vivir con el estigma de tener a un familiar enfermo de vih/sida, estas personas adultas mayores en su mayoría padecen desnutrición y pobreza y debido a su edad, están más expuestos a padecer ellos también algún tipo de enfermedad crónica.
El estudio propone que se invierta más en atención sanitaria y cambiar las políticas de salud y de instituciones de asistencia para que las y los cuidadores tengan a acceso a ayuda económica, social y emocional adecuada, así como un cambio de actitud en los prestadores de los servicios de salud.
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