Como parte de las actividades por el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, organizaciones feministas salieron a las calles de la ciudad de Guatemala a exigir respeto a sus cuerpos, a sus derechos y a sus opiniones.
Durante el recorrido, las manifestantes visitaron las instalaciones de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), la Corte de Constitucionalidad (CC), el Congreso de la República y el Palacio Nacional de la Cultura.
La movilización inició en inmediaciones del Centro Cívico, donde se encuentra la CSJ y la municipalidad capitalina; unas 10 carrozas de vivos colores, música reivindicativa y aproximadamente mil mujeres se desplazaron por las principales calles y avenidas del Centro Histórico acompañadas por jóvenes, niños y niñas. El toque ameno lo aportó el Colectivo Caja Lúdica y la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (UNAMG).
Al final del bloque marchaba un grupo de viudas de conductores de autobuses urbanos asesinados en los últimos tres años, quienes demandaron atención psicosocial para ellas y su descendencia; uno de los camiones estuvo en el recorrido y fue tapizado con los nombres de los casi mil pilotos muertos de forma violenta.
Campesinas, líderes comunitarias, indígenas, niñas, estudiantes, trabajadoras domésticas, de la maquila y ciudadanas exigieron justicia en los casos de feminicidio, violaciones y agresiones sexuales.
Las organizaciones participantes distribuyeron sus comunicados, todos con posicionamientos políticos, reivindicaciones específicas como el acceso a la educación, salud, sexualidad, la tierra, la propiedad, la igualdad de condiciones y la alimentación, pero sobresalió el derecho a una vida libre de violencia.
Las autoridades dan cuenta de 695 muertes violentas de mujeres en el 2010; tres mil ocurrieron entre el 2003 y el 2009, la mayoría, el 99 por ciento, continúa en la impunidad.
La marcha concluyó en la Plaza de la Constitución; ahí convergieron todos y todas alrededor del asta bandera. Al pie se instaló un altar para dignificar la vida de las que ya no están y rogar por que la vida de las mujeres que continúan el camino sea respetada.
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