Aunque las mujeres casi siempre aparecen en diversos análisis como personas que no migran y como «sujetas pasivas sin decisión y complemento del hombre migrante», existen estudios serios que demuestran cómo las mujeres migran cada vez más y se han convertido, a nivel internacional, en poco más de la mitad de la población migrante.
De acuerdo con el artículo Migración Indocumentada entre México y Estados Unidos: el caso concreto Tijuana-San Diego, de María Ileana García Gossio, la migración de hombres y mujeres que cruzan la frontera se debe a diversas causas: a la búsqueda de un trabajo remunerado, a las redes sociales migratorias, a la búsqueda de nuevas experiencias o a un cambio de vida.
En los últimos años, el fenómeno migratorio ha pasado por un incremento de la feminización de flujos migratorios y el aumento de la violación de los derechos humanos de las y los trabajadores migrantes, en donde las mujeres son muy vulnerables.
Este análisis, incluido en el libro «Los nuevos escenarios de la migración: causas, condiciones, consecuencias», editado por la Fundación Heinrich Böl en julio de 2006, señala que los principales destinos son Estados Unidos, Europa Occidental y Australia. Para el año de 1988 existían en promedio 120 millones de migrantes alrededor del mundo en busca de un empleo.
Asimismo destaca el análisis que es necesario tomar en cuenta a las mujeres que permanecen en sus lugares de origen y no migran con su pareja u otros familiares, ya que son ellas quienes reciben y administran las remesas.
Es por ello, indica la autora, es necesario que el Gobierno de México genere mecanismos suficientes para que las remesas se vuelvan productivas, toda vez que el 80 por ciento de ellas son destinadas a la alimentación de quienes la reciben.
Son casi siempre las mujeres las que reciben de sus parejas o hijos las remesas convirtiéndose en un factor fundamental para orientar los ingresos a la nutrición, educación, salud y proyectos productivos en coordinación con el apoyo estatal, advierte el texto.
Asimismo, al ser ellas quienes reciben las remesas, dice la autora, se convierten al interior de los hogares en mujeres con posibilidad de ejercer autoridad y al exterior, en el sujeto clave para propiciar el desarrollo y la reproducción económica de las sociedades rurales.
Por otro lado, la autora señala que de la población que vive en Estados Unidos, 21 millones de personas son de origen mexicano, es decir un 8 por ciento del total, mientras que 8.5 millones de ellas nacieron en México y el 35.2 por ciento son indocumentadas.
La migración es un fenómeno que crece con rapidez y actualmente se concentra en estados como Arizona y Los Ángeles, California, que ocupa el segundo lugar en número de mexicanos en el mundo, después de nuestro país.
Como consecuencia, la autora considera que es prioritario que el gobierno mexicano busque desarrollar políticas que fomenten el empleo y el desarrollo industrial para evitar, así, la migración de millones de mexicanos a los Estados Unidos en búsqueda de mejores condiciones de vida y que se enfrentan en el proceso a serios y peligrosos obstáculos.
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