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Mujeres en edad reproductiva corren mayores riesgos de salud: OMS

Por Kerstin Bognar

Los años entre la pubertad y la menopausia representan, para muchas mujeres, un espacio temporal para desarrollarse y realizarse personalmente. No obstante, la edad reproductiva puede ser un periodo lleno de riesgos para la salud de las mujeres, asociados, por un lado, con el sexo y la reproducción, y, por el otro, con los estereotipos de género y las tradiciones vigentes en la sociedad.

Así lo indica la segunda parte del informe «Las mujeres y la salud: los datos de hoy, la agenda de mañana», de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cual destaca los obstáculos que enfrentan las mujeres adultas en edad reproductiva y las mujeres de la tercera edad.

El reporte señala que los riesgos relacionados con el contacto sexual son especialmente altos en los países en vías de desarrollo. Así, la primera causa de muerte de mujeres en edad reproductiva en los países de ingresos bajos y medios es el VIH/Sida.

Por razones biológicas y socioculturales, las mujeres son más vulnerables a las infecciones con VIH, indica el informe. Muchas veces no se les proporciona la información que necesitan para protegerse o no se encuentran en la posición para aplicar las medidas adecuadas para prevenir una infección. Mujeres socialmente marginadas, como las usuarias de drogas o las trabajadoras del sexo, son especialmente vulnerables, ya que muchas veces la estigmatización les impide acceder a los servicios de salud.

De igual manera, las mujeres se ven más afectadas que los hombres por otras infecciones transmitidas por vía sexual. Así, la OMS calcula que, en América Latina y el África Subsahariana, una en cuatro mujeres padece infecciones tratables como gonorrea, clamidia, sífilis o tricomoniasis. Los síntomas tienden a ser menos evidentes en las mujeres que en los hombres. Al mismo tiempo, las mujeres tienen un acceso limitado a los servicios de diagnóstico y tratamiento.

Cuando las infecciones permanecen mucho tiempo en el organismo de las mujeres incrementan la vulnerabilidad al VIH y pueden producir enfermedades crónicas, infertilidad, embarazo ectópico y cáncer. Además, aumentan el riesgo de problemas relacionados con el embarazo, incluyendo la muerte fetal. La OMS agrega que, muchas veces, las mujeres afectadas tienen que soportar humillaciones y estigmatizaciones asociadas con tales padecimientos.

Otro virus que se transmite por contacto sexual y que pone en riesgo la salud de las mujeres es del papiloma humano (VPH). El informe señala que el VPH es altamente contagioso y calcula que la mayoría de las mujeres y los hombres sexualmente activos tienen una infección con VPH en algún momento de su vida. Mientras que la mayoría de las infecciones con el VPH son de corta duración y no ponen en peligro la salud de la mujer, la permanencia de la infección genital puede causar cáncer cervicouterino, el segundo tipo de cáncer más común en las mujeres.

Según los datos proporcionados en el informe, en 2005, alrededor de 250 mil mujeres murieron a causa de cáncer cervicouterino y se detectaron 500 mil casos nuevos. Este cáncer puede ser prevenido por una vacuna y mediante análisis regulares a los que es limitado el acceso en los países en vías de desarrollo.

A pesar de que el acto sexual requiere la participación de dos personas, las mujeres enfrentan mayormente los problemas de salud asociados con el embarazo y el parto, los cuales, a escala mundial, causan 14 por ciento de las muertes de mujeres en edad reproductiva. Según la OMS, la mayoría de las muertes maternas podrían ser prevenidas si las mujeres recibieran atención médica profesional y oportuna.

La OMS indica, asimismo, que numerosas mujeres son golpeadas durante el embarazo. Las consecuencias de la violencia durante este periodo –durante el cual el estado de salud de las mujeres es particularmente vulnerable– son fatales, ya que pueden producir muerte fetal, aborto espontáneo y falta de peso al nacer. Otra causa importante de muerte materna es el aborto inseguro, por el cual mueren casi 70 mil mujeres cada año.

A pesar de que el uso de anticonceptivos en los países en vías de desarrollo ha aumentado de ocho por ciento en 1960 a 62 por ciento en 2007, el informe señala que en muchas regiones el acceso de las mujeres a medidas eficientes de anticoncepción sigue limitado por la falta de calidad de los servicios, la escasez de recursos económicos, la falta de información, así como las barreras culturales y religiosas basadas en el género.

Por otra parte, mientras que las mujeres tienden a sufrir menos problemas de adicciones al alcohol y a las drogas, son más susceptibles a la depresión y la ansiedad. La OMS calcula que, cada año, alrededor de 73 millones de mujeres adultas sufren una depresión mayor, y que alrededor de 13 por ciento de las mujeres sufre trastornos mentales tras el parto.

Globalmente, más mujeres que hombres intentan suicidarse. Según el informe, esto se debe a que el riesgo de suicidio asciende cuando las mujeres han sufrido abuso sexual durante la niñez o han sido víctimas de violencia doméstica u otras discriminaciones basadas en su sexo, especialmente en culturas muy patriarcales.

LA TERCERA EDAD

Muchos de los problemas de salud que enfrentan las mujeres de la tercera edad son resultado de sus experiencias en la juventud y en la edad adulta. El informe señala que las enfermedades cardiovasculares, mayormente calificadas como problemas de hombres, son la primera causa de muerte de personas de la tercera edad de ambos sexos.

La OMS afirma que las enfermedades cardiovasculares muchas veces no se reconocen en las mujeres, especialmente en los países de ingresos bajos y medios, ya que ellas muestran diferentes síntomas que los hombres, y, además, tienden a buscar menos ayuda médica que ellos.

La organización internacional critica que muchos sistemas de salud, especialmente en los países en vías de desarrollo, excluyen a las personas de la tercera edad y raras veces se atienden sus necesidades particulares. En estas naciones, el cuidado de las personas de la tercera edad recae en la familia o los vecinos y, casi siempre, en las manos de mujeres. Esto significa una enorme carga económica, social y de salud para las cuidadoras.

Como el número de personas mayores continúa incrementando y las estructuras sociales tradicionales tienden a disminuir, la OMS asegura que es necesaria la provisión de servicios estatales de salud y cuidado para las personas de la tercera edad, así como una mayor atención a las necesidades de las mujeres mayores, ya que generalmente viven más tiempo que los hombres.

Al mismo tiempo, la OMS señala que muchos problemas de las mujeres de la tercera edad pueden ser prevenidos durante las etapas anteriores de su vida. Un factor importante para ello es la equidad de género en las sociedades, ya que la mala distribución de los bienes de educación y los económicos, así como del poder político entre hombres y mujeres, influye de manera directa en el acceso de ellas a los servicios de salud.

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