Mujeres huyen de Michoacán expulsadas por la violencia

Mujeres michoacanas desplazadas por la violencia en su estado llegaron entre enero y febrero pasados a esta ciudad fronteriza, para solicitar asilo político a Estados Unidos por el despojo de sus casas por parte de grupos de autodefensa.
 
Mari Galván, trabajadora social del Instituto Madre Assunta (albergue que apoya a mujeres migrantes), detalló que llegaron unas 60 familias completas buscando apoyo en esta urbe fronteriza, por lo que algunas mujeres permanecen en el refugio con sus hijas e hijos mientras aguardan se resuelva el juicio de asilo político que solicitaron a EU.
 
La “Encuesta sobre migración en la frontera norte de México 2011”, elaborada por El Colegio de la Frontera Norte (Colef), señala que seis de cada 10 migrantes del flujo total que llegan a esta zona del país tienen como destino alguna urbe fronteriza (62 por ciento), mientras que el restante (38 por ciento) se dirige a EU.
 
En ese mismo año, señala el documento, México ocupó el primer lugar en el número de migrantes internacionales con 11.9 millones de personas, lo que representó el 10 por ciento de la población total mexicana.
 
Los grupos de autodefensa surgieron en Michoacán hace más de un año como una acción desesperada para combatir al cártel delincuencial de Los Caballeros Templarios, que tenían asolada la región de Tierra Caliente. Recientemente se supo de divisiones entre las autodefensas, quienes se acusan mutuamente de asesinatos y abusos de poder.
 
LA HISTORIA
 
Antonia, de 25 años, permanece en el Instituto Madre Assunta junto con sus cuatro hijos de siete, seis, cuatro y tres años. Cuenta a Cimacnoticias que en el municipio de Aguililla, Michoacán, donde vivía, un día a las tres de la mañana integrantes de las autodefensas irrumpieron en su casa, rompieron muebles para buscar algo que no sabe qué era y luego abandonaron el lugar.
 
Antonia relata que los autodefensas les advirtieron que debían solicitar permiso para cualquier movimiento que desearan realizar.
 
Aguililla es uno de los 113 municipios michoacanos, se localiza al suroeste del estado y está a 290 kilómetros de la capital estatal, Morelia.
 
La mujer narra que a pesar de que se avisó con anticipación de una visita familiar que realizaría su esposo, las autodefensas lo retuvieron durante una semana y a los pocos días amenazaron a la familia con que tenían pocas horas para abandonar el pueblo.
 
Antonia y su marido abandonaron el lugar en una camioneta que los llevó hasta Morelia, para después tomar un avión con sus hijos hasta Tijuana, la frontera norte más alejada del país. La mujer denuncia que las autodefensas se están apropiando de las casas y los territorios en el estado.
 
Ya en la ciudad fronteriza su pareja viajó a EU para solicitar el asilo político mientras que ella lleva dos meses en el albergue para mujeres migrantes. Antonia explica que su esposo tiene que pasar seis meses detenido en el país vecino para poder lograr el asilo, además de ganar el juicio y así obtener el ingreso a territorio norteamericano de forma legal y permanente.
 
Y aunque aclara que esta separación familiar es “dura”, así como la pérdida de su patrimonio en Michoacán, ella confía en que llegará a EU de forma documentada para evitar el riesgo de cruzar la frontera, luego del endurecimiento de las políticas migratorias de ese país que pondrían en peligro su vida y la de sus hijos.
 
Según la misma encuesta del Colef, el 36 por ciento del flujo total de migrantes que se dirige a la frontera norte de México proviene de Jalisco, Michoacán, Tamaulipas y Veracruz. Del grupo que pretende llegar a EU, casi la mitad procede de Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Chiapas y Oaxaca (47 por ciento).
 
Según la investigación “Género y Migración”, realizada entre el Colef, El Colegio de Michoacán y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), la gran mayoría de mujeres migrantes michoacanas sale de sus comunidades en busca de una mejora económica y por la reunificación familiar.
 
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