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Mujeres: poca participación y representación en sindicatos

Por Hypatia Velasco Ramírez

De acuerdo con el informe «Acciones Sindicales para la Promoción de un trabajo decente para las mujeres», de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), actualmente las trabajadoras tienen una escasa participación no sólo en cargos de representación sino también de participación, pues son pocas las organizaciones que incluyen en sus políticas programas que promuevan la colaboración de las mujeres en los sindicatos.

El documento, que será abordado hoy en conferencia de prensa por la doctora Valentina Forastieri, especialista en Condiciones de Trabajo, Seguridad y Salud Ocupacional de la OIT para Centroamérica, Haití, Panamá y República Dominicana, señala que en el marco de los programas de acción de los sindicatos, los distintos programas y proyectos de la organización propusieron diseñar medidas que permitan el acceso de las mujeres «a un trabajo decente».

Lo anterior, a través de la atención de sus necesidades y la reivindicación de una política de igualdad de género. En este sentido, dice el informe, las organizaciones sindicales de la subregión Centroamérica, Haití, Panamá y República Dominicana, apoyadas por la OIT, iniciaron un proceso para diseñar el acceso de la mujer a los sindicatos y a sus diferentes niveles de dirección.

Entre las diversas iniciativas propuestas se encuentra la generación de un programa y la capacitación real y efectiva en el tema de género, tanto para mujeres como hombres, de manera que comprendan las necesidades específicas de la población femenina y se identifiquen las distintas situaciones que impiden que las mujeres puedan desarrollarse a plenitud en el movimiento sindical, subraya el texto.

Con ello se pretende estimularlas para que muestren aptitudes de liderazgo y compromiso, permitiéndoles el acceso a las estructuras de organización de los sindicatos bajo sus propios méritos y no solo por una condición de género.

En esta perspectiva, las mujeres podrían desarrollarse como dirigentes sindicales y no sólo como «dirigentes sindicales de mujeres», es decir, no limitarlas a la condición de «secretarías de la mujer» pues, de acuerdo con el informe, estas instancias no sólo no reivindican a la población femenina sino que la limitan, como si no tuvieran la capacidad para ser dirigentes sindicales que pudieran ocupar cualquier posición dentro de la estructura sindical.

El texto señala que es de especial interés la continua reiteración respecto a considerar el aporte de la mujer -reconociendo sus valores y especificidades-, no como concesión por ser mujer, sino en consideración de sus cualidades y aptitudes, ya que al permitirle el acceso a instancias o departamentos exclusivamente femeninos, es limitarlas y desconocer sus aptitudes para aportar en todos y cada uno de los niveles e instancias de la organización sindical.

En general, la participación de las mujeres en el movimiento sindical es todavía reducida, aún cuando existen sectores que por su composición son mayoritariamente femeninos, debido a que no se les brindan las oportunidades para ello, ni se impulsa su participación sindical, concreta el informe.

Por ello, explica, la mayoría de las organizaciones sindicales han creado secretarías de la mujer, con lo que se ha obligado a las agendas de las organizaciones a introducir temas vinculados con el enfoque de género, lo que ha permitido aumentar significativamente el número de mujeres afiliadas a los sindicatos.

No obstante, aún no es posible percibir un aumento a nivel de las dirigencias, toda vez que el trabajo de la mujer, en algunos países de la región, ha sido excluido permanentemente de las Estadísticas Nacionales. Dicha situación debe ser considerada en las propuestas y programas de trabajo que emprendan las organizaciones sindicales, tanto a nivel nacional, como a nivel regional, considera el informe.

Y aunque hoy en día un alto porcentaje de las y los trabajadores públicos son mujeres, al igual que en otros sectores económicos como el comercio, la industria y la banca, este cambio cultural se da con bastante retraso en el ámbito sindical.

Además, dice, existen sectores y condiciones que agravan esta situación, como en el caso de las obreras de la maquila, a quienes les resulta sumamente difícil organizarse en sindicatos, «pues a los primeros indicios captados por las empresas, son despedidas de inmediato».

«Aunado a las constantes denuncias de despidos masivos y de aparentes cierres temporales de las maquilas, sin reconocer prestaciones sociales a los trabajadores que en su gran mayoría son mujeres».

07/HVR/GG

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