Inicio Mujeres se deslumbran ante el brillo de “la Perla del Pacífico”

Mujeres se deslumbran ante el brillo de “la Perla del Pacífico”

Por Lizbeth Ortiz Acevedo, enviada
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Tras emigrar, algunas mujeres encuentran un punto de retorno en este puerto sinaloense, siendo este destino turístico el que se perfila como una fuente de empleo también para las indígenas de otras entidades, quienes buscan una mejor calidad de vida; no obstante a su llegada enfrentan violencia y falta de oportunidades.
 
Según datos del Instituto Sinaloense de la Mujer (ISM), en esta entidad durante 2011 hubo 110 homicidios contra mujeres, hasta entonces la cifra más alta en este estado, de los cuales 18 fueron cometidos en Mazatlán, y en lo que va de 2013 se registraron 59 asesinatos, de los cuales 27 se perpetraron en Culiacán.
 
A casi tres horas de la capital de Sinaloa, Mazatlán se ubica frente al océano Pacífico con una docena de playas que tienen una temperatura promedio anual de 26 grados centígrados, lo que atrae a visitantes de todo México y el mundo, quienes buscan conocer su malecón, el cual tiene una longitud de más de 20 kilómetros y en el que se observan mujeres indígenas migrantes que viven de la venta de sus mercancías.
 
En este punto, Cimacnoticias conversó con una indígena guerrerense mientras vendía sus productos, y quien pidió guardar su identidad. La mujer explicó que los 200 pesos que gana en “un buen día” le han hecho vivir de forma diferente, porque antes –dijo– no tenía esa oportunidad.
 
De acuerdo con información de la Secretaría de Desarrollo Social de Guerrero, en 2013 más del 60 por ciento de la población de estado padece pobreza alimentaria, por lo que familias completas, sobre todo de las regiones Montaña y Costa Chica, han tenido que emigrar a otras entidades.
 
La comerciante indígena dijo que aunque por algún tiempo intentó laborar en el puerto de Acapulco, tomó la decisión de emigrar a Mazatlán para reunir a su familia, luego de que su pareja llegara a este lugar para obtener mayores recursos, y fue desde entonces que logró acceder a una vivienda y alimentación, lo que en Guerrero nunca pudo obtener.
 
Relató que aunque hay días en los que no gana dinero porque nadie compra sus productos, afirmó que el permiso que le otorgó el municipio para vender en este punto del malecón, le aporta la posibilidad de que con base en su trabajo y constancia en los días siguientes se recupere y pueda continuar con su vida cotidiana.
 
Al cuestionar a Elizabeth Ávila, directora del ISM, sobre la afluencia de mujeres que emigran de otras entidades a este sitio, reconoció que su institución carece de estadísticas, pero dijo que hay un flujo considerable que llega a trabajar en el sector turístico y que vienen principalmente de los estados de Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Veracruz.
 
En 2010, según datos del Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las mujeres representaron el 48 por ciento de los 174 mil hablantes de lengua indígena migrantes nacionales.
 
Sin embargo, la migración en Mazatlán tiene diversas caras, ya que a pesar de la oferta laboral y educativa que atrae a algunas mujeres de otros lugares, algunas mazatlecas que lograron concluir su preparación profesional deciden emigrar a Estados Unidos en aras de mejores oportunidades.
 
Ávila señaló que la Universidad Autónoma de Sinaloa es de las pocas ofertas educativas en el país que brinda al alumnado vivienda y alimentación, lo que permite a las y los estudiantes permanecer el tiempo necesario en el estado para concluir sus estudios, aumentando así el interés por trasladarse a este sitio.
 
POCAS OPCIONES DE DESARROLLO
 
Lizeth, de 41 años, y Silvia, de 36, son dos mujeres mazatlecas que a pesar de haber concluido una preparación académica profesional en Sinaloa, decidieron emigrar a EU y aunque por algún tiempo se colocaron como empleadas de sector servicios en Los Ángeles, California, regresaron a Mazatlán y ninguna quiere retomar la experiencia.
 
Lizeth, quien retornó a este puerto conocido como “la Perla del Pacífico”, dijo que aunque fue hace 20 años que emigró, recordó que “ya era muy peligroso” para las mujeres, porque llegan sin el dominio del inglés y “siempre hay alguien al acecho” que busca aprovechar alguna situación para hacerles daño.
 
Detalló que viven abuso sexual y hay un “shock cultural” por el desamparo que se vive. Todo esto a Lizeth la hizo regresar a México y ahora que se convirtió en terapeuta dijo que volvería a esa zona para apoyar a las mujeres que atraviesan por esta experiencia.
 
Silvia Vega, con una carrera profesional concluida, comentó que decidió ir a EU para acceder a un empleo bien remunerado y aprender el inglés, por lo que pudo colocarse por dos años en una empresa que se dedicaba al envío de dinero, pero también regresó y no piensa en volver a pasar por esa experiencia.
 
13/LOA/RMB

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