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Mujeres: sustento de la dignidad trabajadora en los movimientos sociales

Por Carolina Velázquez

En las luchas obreras de nuestro país y del mundo, ya sea por lograr la democracia sindical, mejores condiciones de trabajo o evitar el cierre de su fuente de trabajo, las mujeres se han distinguido como un sustento de la dignidad trabajadora, proceso en el que además muchas de ellas –al lado de sus esposos– han asumido el compromiso de sostener movimientos sociales que se han caracterizado por una larga resistencia.

Tal es el espíritu del texto escrito por la activista María Atilano Uriarte, con los testimonios de mujeres que en 2002 apoyaron la huelga de los mil 164 integrantes del Sindicato Nacional Revolucionario de Trabajadores de la Compañía Hulera Euzkadi, en El Salto, Jalisco, conflicto que duró casi cuatro años y que culminó con el triunfo de los trabajadores, quienes recibieron sus indemnizaciones y, con los salarios caídos, se hicieron propietarios de la mitad de la fábrica valuada en 80 millones de dólares.

Luego, asociados con empresarios de Querétaro, dueños de Llanti System crearon la empresa Corporación de Occidente, SA de CV y como ex trabajadores de Euzkadi, formaron la Cooperativa Trabajadores Democráticos de Occidente (TRADOC).

Con el apoyo de la Fundación Heinrich Böll, vinculada al partido Alianza 90/ Verdes de Alemania, en la publicación que lleva por nombre «Mujeres: sustento de la dignidad trabajadora en la huelga de Euzkadi», se narra a través de la voz de sus protagonistas el papel que jugaron las mujeres, esposas, hijas, madres o amigas de los trabajadores en todo este proceso y de las modificaciones que vivieron en sus relaciones de género.

En él se plasma, dice María Atilano, integrante de la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM), de la Red de Género y Economía (Redge) y del Comité de Mujeres de la Alianza Social Continental (ASC), lo que a mi criterio ilustra más la experiencia y resulta significativo para los propósitos de este documento testimonial.

Se refiere a «destacar el papel de las mujeres, esposas de los trabajadores de Euzkadi como sustentadoras de la huelga; relevar las transformaciones que sufrieron las mujeres a nivel personal, familiar, de pareja y políticos, como resultado del movimiento; descubrir si se dieron cambios en las relaciones de género y en qué consistieron».

Y desentrañar, además, si la democracia sindical, se manifestó en el seno familiar.

«Sí, nos fue difícil, porque él no estaba acostumbrado a que yo trabajara. Tuvimos roces porque él ya se sentía desplazado y yo le decía: ‘si una tortilla hay aquí, hay que comérnosla a gusto, tranquilos, sin problemas de nada’. Y a veces me tocaba darle para la gasolina de él y de compañeros, porque no tenía ningún centavo para moverse», es la voz de María de Jesús Ochoa, de 47 años, esposa de Jorge Wimber, ex trabajador de Euzkadi.

Enfrentar a la poderosa trasnacional alemana Continental Tire, sólo pudo ser posible gracias a la unidad de mujeres y hombres que con sus esfuerzos, sacrificios y un incansable espíritu de lucha, hizo posible el triunfo, señala María Atilano.

Orgullosa de haber participado en el movimiento, Alicia Ortega, de 47 años, esposa de Federico Martínez, comenta.

«Llegué a pensar que no se podía ganar, pero cómo podía yo decir hasta aquí, si ellos siempre estaban luchando, pensando en que se abriría la planta. Yo siempre escuché, apoyé, estuvimos juntos y hasta con dinero, hasta donde llegaron, qué bueno que llegó a un buen final».

Luego de esta experiencia, Graciela Frías, de 47 años, esposa de Jesús Torres secretario general del sindicato cuando estalló la huelga, reflexiona «a las mujeres que puedan estar pasando en una situación como nosotras, les digo que deben apoyar, cuando uno ve que es una causa justa».

Para María Atilano, el triunfo también fue posible ya que «personas y organizaciones de diverso corte acompañaron este bregar de casi cuatro años, estableciendo redes de solidaridad regionales, nacionales e internacionales que como liliputenses pudieron contribuir a que el gran Gulliver entregara 64 hectáreas 644 mil mts2 de superficie de la planta llantera más grande de América Latina».

El libro «Mujeres: sustento de la dignidad trabajadora en la huelga de Euzkadi», se presentará hoy en la zona centro de la ciudad de México, a las 17:00 horas, en Camelia 149, 1er piso, esquina Zarco, Col. Guerrero(a dos cuadras de la estación del metro Guerrero).

Participarán Jesús Torres Nuño, actual presidente de la Cooperativa Trabajadores Democráticos de Occidente, y Lida Silva integrante del Partido Obrero Socialista (POS) quien acompañó como asesora del movimiento a las mujeres durante los casi cuatro años de resistencia.

09/CV/LGL

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