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Multivisión enfrenta demanda por pagar más a varones

Por Hypatia Velasco Ramírez

Cynthia Ortiz Acosta fue despedida injustificadamente el 7 de marzo de 2002 de la empresa Multivisión SA de CV, donde se desempeñaba como Gerente de Proyectos especiales de Plazas y Filiales, pues exigió un sueldo igual al que ganaban los gerentes varones por las mismas tareas.

Demandó entonces a la empresa donde trabajó del año 2000 al 2002, para que la reinstalaran y para exigir el reconocimiento y pago de su plaza.

Sin embargo, a cinco años de entablada la demanda, en el proceso ha enfrentado tropiezos y se encuentra «atorado», sin avances en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje en la etapa de desahogo de pruebas.

Cynthia ingresó a la empresa en 1990 como telefonista de Atención a clientes, posteriormente de 1992 a 1993 se desempeñó como Supervisora de Telefonía de Atención a Clientes; de 1993 a 1995 como Responsable de Seguimiento; de 1995 a 1997 como Asistente de la Dirección General Adjunta; de 1997 a 2000 como Gerente de centro de Atención a Clientes y finalmente de 2000 a 2002 como Gerente de Proyectos Especiales de Plazas y Filiales, después de haber aprobado un período de prueba.

Sin embargo, y luego de 12 años de servicio, al ser despedida de su cargo como Gerente de Proyectos Especiales de manera injustificada, de acuerdo con su abogado Eduardo Díaz Reguera, la empresa violó su derecho de igualdad entre mujeres y hombres, pues fue objeto de discriminación al no respetar la empresa los artículos 3 y 5 de la Ley Federal del Trabajo que señalan que «a trabajo igual, salario igual».

Asimismo, el abogado señala que la empresa violó la Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (Cedaw) y la Convención Interamericana Para Prevenir Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer.

También la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 217 A (III); el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; El pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; el Convenio 111 sobre discriminación de la Organización Internacional del Trabajo.

DISCRIMINACIÓN SIN REGISTRO

Y aunque en la Junta local de Conciliación y Arbitraje, a decir de Díaz Reguera, no existen registros sobre el número de demandas por discriminación de género, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) señala que las trabajadoras perciben el 8.8 y a veces hasta el 30 por ciento menos en salario promedio que los hombres, aún cuando ocupen el mismo puesto y/o tengan el mismo nivel educativo.

Para Cynthia, ese fue el caso. En entrevista con Cimacnoticias, recordó que cuando ingresó como gerente de Proyectos Especiales, ella era la única mujer de cuatro gerentes. Sin embargo, y aún cuando el salario del resto de sus compañeros del mismo nivel era de 32 mil pesos mensuales, ella percibía la mitad de lo que le correspondía por la plaza que ocupaba, es decir 16 mil pesos.

Por ello, Cynthia reclamó la parte proporcional del sueldo que no le era pagado. Entonces, Juan Rivero Loaiza, su jefe inmediato, le pidió que esperara hasta febrero de 2002, cuando se realizaría el ajuste de sueldos que hace la empresa cada año.

No obstante, el periodo llegó sin que ella viera el aumento prometido y para marzo del mismo año Cynthia fue despedida sin explicaciones y de manera injustificada, y la empresa se abstuvo de cubrir el salario de su puesto.

Meses antes de que Cynthia saliera de la empresa, y como parte del trato discriminatorio, la obligaron a entregar su oficina a otro gerente, entonces recién llegado, asignándole a ella un espacio contiguo al Director de Compras, en donde no había línea telefónica, ni archiveros, ni computadora, ni impresora. «Yo creo que entonces ya pensaba correrme», dijo.

Asimismo, recuerda que Rivero Loaiza ya tenía comentarios misóginos contra ella: «Cuando llevábamos a cabo las juntas, en que yo era la única mujer, él decía ya vámonos porque la señora tiene que ir a darle de comer a su esposo o lavar. Yo nunca le dije que tenia que irme a lavar, no tenía bebés. Y si había juntas a las 10 de la noche, yo me quedaba a esa hora».

Cuando a Cynthia le fue entregado el puesto de Gerente de Proyectos, no firmó contrato alguno pues, explicó, cuando existe una nueva asignación dentro de la empresa ésta es únicamente publicada en la revista interna de la organización con lo que se tendría que reconocer ante la empresa los cargos y las prestaciones, las cuales sí tenía.

«La diferencia ahí son los sueldos», resumió Cynthia.

Además, señaló que a los tres gerentes que se encontraban en el mismo nivel que ella se les pagaba el celular, tanto el aparato como al servicio. No obstante, Cynthia tuvo que pagar de su salario todos los gastos del teléfono móvil.

Por ello, cuando Cynthia salió de la empresa decidió demandar.

«En un principio demandé por despido injustificado y discriminación de género a los dueños, pero para notificarles sobre la demanda me los negaron, decían que nadie los conocía, por lo que nunca pudimos entregarles la demanda. Eso nos llevó un año por lo que desistimos para que procediera la demanda contra la empresa», dijo.

«Luego se perdió un año mi expediente en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje y cuando apareció nos volvieron a dar otro citatorio y le pedí entonces a la empresa mi reinstalación y ahora llevó un año dos meses en la etapa de desahogo de pruebas».

«Lo único que me dice la empresa es que no hubo discriminación, pero sí admiten que yo debí ganar más y aunque aceptaron mi reinstalación, el actuario de la empresa no me ha citado para llevar a cabo el procedimiento, yo creo que es arreglado».

El abogado de la empresa, dijo, le ha ofrecido el 20 por ciento de lo que le corresponde de su salario con tal de que desista de la demanda.

Para Cynthia éste ha sido un caso difícil, ahora tiene dos niñas y no ha podido encontrar un trabajo estable, aún cuando es consultora temporal de mejora de procesos y calidad en la administración.

Dice que su mayor limitante para seguir avanzando profesionalmente ha sido «ser mujer». Además, ha sido difícil «porque uno no puede renunciar a su proyecto de vida y el mío era tener a mis niñas y seguir trabajando en la empresa».

Y aunque la empresa aceptó en una carta la reinstalación de Cynthia en su puesto de Gerente de Proyectos, así como el pago de sueldos, hasta ahora todavía está pendiente en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje la audiencia del desahogo de pruebas para que puedan reinstalarla a su cargo, como ella lo pide.

07/HVR/GG

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